El alcohol y el tabaco pueden inducir al consumo de drogas ilegales

La actitud toxicofílica en general de la sociedad española, que recurre a todo tipo de fármacos para resolver cualquier problema, da lugar a que el consumo de drogas legales (alcohol, tabaco) por parte de los padres incida en el consumo de drogas legales e ilegales por los hijos. Esta es una de las conclusiones de la reunión de expertos sobre el tema «sociedad y droga», promovida por la Dirección General de la Juventud y Promoción Socio-cultural.La reunión de expertos destacó, en un documento al que ha podido tener acceso EL PAÍS, tres grandes grupos de conclusiones: de tipo jurídico, de tipo psicosocial y de tipo estrictamente médico.

El grupo jurídico constató la correlación que se viene observando entre el consumo abusivo de drogas y alcohol y el incremento del índice de criminalidad, con los correspondientes costes sociales, cada vez más elevados. Para evitarlo, se recomienda adecuar la normativa jurídica a la situación actual, redactando el reglamento pendiente de la ley de Estupefacientes y desarrollando la legislación sobre psicotropos. Asimismo, se recomienda sustituir la ley de Peligrosidad Social por otra de Prótección y Asistencia Social, creando unos centros de protección ciudadana. Especial énfasis mereció el proceso de escalada del alcoholismo y su repercusión en los accidentes de tráfico, y en el problema de prevención precoz, a realizar antes de que la droga llegue al individuo.

El grupo psicosocial constató un crecimiento progresivo del consumo de drogas, alcanzando cada vez a, edades más cercanas a la niñez; el grupo incluye al alcohol y al tabaco al mismo nivel que los psicofármacos y demás drogas. El consumo de drogas es presentado como un hecho social derivado de otros factores (marginación, expectativas socioprofesionales, desintegración familiar, etcétera). La campaña de prevención, en la que también insiste este grupo, al igual que el jurídico, debiera ir dirigida preferentemente a la familia, como núcleo básico para la formación de la personalidad.

Finalmente, el grupo médico constató la necesidad de que la asistencia médico-sanitaria al toxicómano o alcohólico sea asumida por la Seguridad Social, en hospitales generales, evitando la marginalización del problema.