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La muerte del fundador del "Reader's Digest" no influirá en el contenido de la publicación

Cuando Dewitt Wallace, fallecido el lunes pasado en Mount Kisco, Estado de Nueva York, fundó en 1921 el Readers Digest no tenía dinero ni para comprar las revistas de las que condensaría los artículos; por eso acudía a bibliotecas públicas a tomar notas de estas revistas.

Hoy, el imperio del Readers Digest (algo así como Lecturas Concentradas) se sustenta sobre una cifra de más de treinta millones de ejemplares de tirada total de la revista en 162 países y en dieciséis idiomas. La muerte del creador de la revista internacional «más leída del mundo» trae a la actualidad nuevos análisis de uno de los fenómenos de divulgación periodística más característicos del siglo XX.Reader's Digest ha tenido ataques furibundos de teóricos (ésos con su silencio, porque han desdeñado su anáIisis como un periodismo inferior), de políticos y de profesionales. Han dicho de esta empresa que era una multinacional que tiene la finalidad de hacer propaganda intelectual sobre Estados Unidos. El producto que consigue, la revista, algunos la han comparado con la coca-cola. Pero lo cierto es que se trata de un indiscutible fenómeno periodístico del siglo XX, que ha aportado innovaciones en lo que a la comunicación divulgativa se refiere. Readers Digest ha encontrado la forma de interesar a la gente normal de cultura media.

Algunas de las claves del éxito de esta publicación son, según el director de la edición española Víctor Olmos, que se trata de una revista viva, actual, de masas y que cumple bien los objetivos de fácil inteligibilidad. «Recogemos temas que, interesan a todo el mundo, los investigamos en profundidad y los explicamos con cliridad, hacemos fáciles y asequibles los temas difíciles, sabemos divulgar; podemos, en definitiva, considerarnos como maestros en la divulgación».

El propio fundador, Dewitt Wallace, explicaba algunas de las razones del éxito cle la revista en 1961, cuando ya se editaban veíntidós millones de ejemplares: «El Reader's Digest abre ventanas al mundo. Discute problemas que preocupan a todos y publica artículos que levantan nuestro ánimo. El Digest promueve el bienestar humano y la dedicación de servicio a sus compatriotas».

Se trata, en definitiva, de algo que otros ya intentaron dar en Estados Unidos: un acercamiento a un periodismo de los buenos sucesos. «Todos los problemas», explica Víctor Olmos, «tienen su lado optimista. Aun en los problemas negativos intentamos reflejar los aspectos optimistas». «Esta veta filántrópica también se ha reflejado en otras actividades empresariales. Por ejemplo, entre 1962 y 1971, de los beneficios obtenidos de la revista y de las ventas de otras publicaciones y edicciones de discos y casetes, el Readers Digest destinó diecinueve millones de dólares a ayudas a la juventud, a la medicina y a humanidades y artes.

La casa central de la revista se encuentra en Pleasantville, Estado de Nueva York (Estados Unidos). Desde allí se dirige un gran Imperio desparramado por el mundo, en el que trabajan 12.000 personas. El último idioma en que se edita a partir de febrero de este año es el indio y para el próximo año se prepara la edición en griego.

En España fue introducido el Digest, con el nombre de Selecciones del Readers Dígest, en 1952. En 1952 y gracias a la ayuda, entre otros, de Fernando Martín Sánchez Juliá, de La Editorial Católica, apareció con 90.000 ejemplares de tirada. Ahora la tirada en España ronda los 350.000 ejemplares. La rama española también posee una editorial de libros condensados y una companía propia de edición de discos y casetes.

En cuanto a la índole de los contenidos de la revista, no han variado mucho desde la fundación. Al principio, la revista se centraba siempre en artículos condensados de otras publicaciones. Hoy el 50% son artículos condensados de otras publicaciones y el otro 50% de producción propia. Naturalmente, los contenidos más polémicos de actualidad han sido sistemáticamente excluidos o, si se han aceptado, siempre se ha procurado un tratamiento especial de los mismos.

« Seleccionamos», dice el director de Selecciones del Readers Digest en español, «todos los temas sociológicos humanos que puedan interesar al lector y que puedan prestarle algún servicio».

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