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Reportaje:

El petróleo del mar del Norte, salvación de la balanza de pagos británica

Andrés Ortega

En la actualidad la producción británica de petróleo es de 1,7 millones de barriles al día y se considera que las reservas llegan a unos 12.000 millones de barriles. Según un miembro de la junta directiva de la Corporación Nacional Británica de Petróleo (BNOC), el Reino Unido tiene reservas suficientes para mantener una producción de dos millones de barriles diarios hasta el año 2.000, aunque para est o se requerirían grandes inversiones. En 1980 el consumo de energía en el Reino Unido cayó en un 7,2% respecto al año anterior, repartiéndose del modo siguiente un 37% en carbón, un 36,7% en petróleo, un 21,5% en gas y un 4,5% en energía nuclear e hidroeléctrica. La producción de energía se repartió en un 38,5% en: carbón, 40,5% en petróleo, 16,3% en gas, y 4,6% en los otros tipos. Ese mismo año, el Reino Unido produjo 80,5 millones de toneladas de petróleo (3,4% más que en 1979), consumiendo un total de 80,6 millones de toneladas de petróleo (14,7% menos que en 1979).cn energía y otros usos. En el último trimestre del pasado año, la produccióni excedía ya al consumo de petróleo.De su producción de petróleo, el Reino Unido.exporta un 49% (28% a los paises de la Comunidad Europea (CEE) y un 21% al resto de Europa y América) importando por su parte, en 1979, unos 57,9 millones de toneladas, porque algunos petróleos extranjeros resultan más baratos y son necesarios para la fabricación de algunos productos no energéticos, como los lubricantes. El petróleo británico sigue los precios del mercado internacional y es de una calidad similar al de Argelia, Libia y Nigeria.

Ingresos gubemamentales

Los ingresos que el Gobierno recibe de la producción del petróleo del mar del Norte provienen de tres partidas principales: a) Un impuesto sobre la explotación (royalties) correspondiente al 12,5% de la producción, a pagar en efectivo o en especie. b) Un impuesto sobre los ingresos del petróleo (IIP), para cada campo petrolífero por separado, que se paga dos vecesal año y corresponde a un 70% de los beneficios (ingresos brutos menos royalties y gastos), Se pueden descontar los gastos de capital y de prospección y el equivalente de medio millón de toneladas de petróleo cada año. El gas vendido a la Corporación Británica de Gas queda excluido de este impuesto. c) Un impuesto sobre el beneficio de las sociedades, variable pero que se situaba en un 52% según el último presupuesto.

En noviembre de 1980, el Gobierno introdujo un nuevo impuesto suplementario sobre el petróleo a pagar,además del IIP a partir de 1 de enero de 1981 (20% del valor total del gas y petróleo producible, deducible del IIP y del impuesto sobre beneficios). Con este último impuesto, el Gobierno espera ingresar unos mil millones de libras más en 1981-1982. En 1980-1981 espera ingresar unos 5.880 millones de libras (1,12 billones de pesetas), provenientes del petróleo y del gas del mar del Norte.

Este esquema impositivo responde a las condiciones en las que se empezó a producir el petróleo del mar del Norte, cuando se. pensaba que los riesgos de explotación eran muy altos, principalmente porque la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) podía desintegrarse, provocando una caída de los precios del petróleo. Así, la imposición permite a las compañías petroleras llevarse una gran proporción de los beneficios, ya que podían, y pueden, descontar para sus impuestos la amortización del capital y los gastos de inversión y de prospección. Al invertir, por ejemplo, en un cine para una plataforma de extracción, las compañías no aumentan su contribución al Gobierno. El verdadero crecimiento en ingresos gubernamentales del petróleo no llegará, pues, hasta mediados de la década de los ochenta.

Para 1983-1984 se espera que estos ingresos gubernamentales lleguen a unos 6.500 millones de libras, a precios de 1980, es decir, menos de un 7% de los ingresos generales del Gobierno. En 1979 estos ingresos del petróleo llegaron a unos 2.229 millones de libras, comparados con 8.200 millones de libras provenientes del impuesto sobre el valor añadido y 20.600 millones de libras de impuestos sobre la renta (de los ingresos gubernamentales del petróleo, 28,1%, impuestos sobre beneficios).

Según el Congreso Sindical (TUC), el Gobierno británico usa sus ingresos del petróleo para financiar los costes del desempleo, que han subido en el año 1980 en 2.600 millones de libras, y teme que el Gobierno utilice estos ingresos para una recuperación económica artificial ante las próximas elecciones. Sin embargo, todo indica que el mayor provecho que sacael Gobierno del pofróleo del mar del Norte es para la financiación de las necesidades crediticias del sector público. Al reducir estas necesidades, el, tipw de interés es sin duda menor de lo que sería de otro modo. Las necesidades crediticias disminuyen asimismo cuando aumentan los superávit de las corporaciones públicas implicadas en la explotación del petróleo del mar del Norte, pero por otra parte crecen con las necesidades de inversión de. estas corporaciones.

Efectos económicos

La industria del petróleo del mar del Norte sólo proporciona unos 20.000 puestos de trabajo (no contando su efecto multiplicador), por lo que su incidencia en el paro es mínima. Por otra parte, la gran mayoría de las compañías que explotan ese petróleo son extranjeras y no tienen, pues, razones para invertir sus beneficios en el Reino Unido, salvo para aumentar su extracción de petróleo en el mar del Norte o en el mar de Irlanda. Por otra parte, la incidencia del petróleo en el producto interior bruto (PIB) británico puede apreciarse en la tabla adjunta. Destaquemos tan sólo que es menor que la contribución de la agricultura.

Más importante es el positivo efecto del petróleo en la balanza de pagos del Reino Unido. Después de: un déficit de la balanza comercial de ochocientos millones de libras en 1979, el petróleo del mar del Norte ha contribuido a un superávit de esta balanza de tres cientos millones de libra,; en 1980, reforzando así el valor internacional de la libra. El efecto del petróleo en el tipo de cambio de la libra es indudable, pero difícil de apreciar.

El debate sobre los efectos del petróleo del mar del Norte en la economía británica es uno de los más ricos que se han producido en el Reino Unido y viene tipificado, por una parte, por el Instituto de Estudios Fiscales (independiente) y por el Banco de Inglaterra.

La tesis del Instituto, desarrollada por John Kay y John Forsyth, ha recibido una atención muy especial por parte del Gobierno británico. Fundamentalmente consiste en que como la balanza, de pagos tiende a equilibrarse con el tiempo, al aumentar las exportaciones de petróleo tienen que disminuir las exportaciones o aumentar las importaciones de otros bienes, principalmente manufacturados. Esto implica que, a la larga, la producción manufacturera tiene que reducirse en el país. La variación en el tipo de cambio de la libra implica, pues, cambios estructurales, ya que la industria británica ha perdido un 40% en un año de su competitividad internacional, más de la mitad de esto por los efectos del petróleo. La mayor crítica que se puede hacer a esta tesis es que se basa sobre un modelo estático y no realista.

Por su parte, Gordon Richardson, gobernador del Banco de Inglaterra, ha señalado que el petróleo del mar del Norte no ha mejorado la posición del Reino Unido respecto a 1970. Richardson afirma que cuesta lo mismo extraer el consumo doméstico de petróleo del mar del Norte que importarlo en 1970. El precio ha cambiado dramáticamente, pero el Reino Unido no está ni mejor ni peor que en 1970, y no se prevé, pues, ningún cambio en la estructura industrial.

Lo que viene a decir Richardson es que el Reino Unido no ha mejorado su situación respecto a 1970. Parece estar en 1974-1975, cuando la primera subida de precios del petróleo, pero antes de que la producción del mar del Norte cobrara importancia. El Reino Unido está, por supuesto, en mejor situación que los países que no disponen de petróleo propio. Lo que ocurre es que la posición de estos países se ha deteriorado, mientras que la del Reino Unido no ha cambiado.

Richardson hace también referencia a los 20.000 millones de libras (a precios de 1980) invertidos en el petróleo del mar del Norte e industrias afines, y señala que, al no ser un exportador neto de petróleo en cantidades apreciables y durante un extenso período, el petróleo del mar del Norte tiene un efecto mínimo en la balanza de pagos o en el nivel de vida.

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