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Estados Unidos lanza su más firme advertencia contra el recurso a la fuerza en la crisis polaca

Washington La crisis polaca sufrió ayer un fuerte aumento de la tensión, tras fracasar la conversación entre el Gobierno y el sindicato independiente Solidaridad, que confirmó el llamamiento a una huelga de advertencia de cuatro horas de duración. Ante el agravamiento de la situación, el presidente norteamericano, Ronald Reagan, manifestó anoche su inquietud "ante las indicaciones de que las autoridades de Varsovia pueden recurrir a la fuerza para resolver las diferencias entre los sindicatos y las autoridades polacas" y lanzó su más firme advertencia contra una eventual intervención de la URSS.

La Casa Blanca tuvo anoche la iniciativa excepcional de publicar una declaración sobre Polonia en nombre de Reagan, inmediatamente después de la reunión semanal del Consejo Nacional de Seguridad. Hasta el momento, los comentarios sobre la situación polaca procedían del Departamento de Estado.La declaración recuerda que «cualquier intervención exterior, cualquier medida que tenga como fin reprimir al pueblo polaco... puede tener un efecto grave sobre las relaciones Este-Oeste en su conjunto».

El temor a que se recurra a la fuerza contra los sindicatos independientes se ha acrecentado en Washington en vísperas de la huelga de advertencia prevista para hoy. Mientras las anteriores advertencias norteamericanas se referían a una intervención militar soviética, la que lanzó ayer la Casa Blanca concierne también al eventual recurso a la fuerza y la represión por parte de las autoridades polacas.

Una prueba del dramatismo de la situación interna polaca fueron las entrevistas que mantuvo ayer el cardenal primado, Stefan Wyszynski, con el primer secretario del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP) -comunista-, Stanislaw Kania, y con el primer, ministro, general Wojciech Jaruzelski.

Asimismo, y por primera vez en la historia socialista polaca, se nombró a un militar como gobernador provincial. El general Franciszek Kaminski fue nombrado al frente del Consejo Regional de Bydgoszcz, localidad donde se produjo la agresión contra sindicalistas, el pasado día 19 y origen de la actual crisis. Este nombramiento se interpreta como una contraofensiva política de Jaruzelski, militar él también, contra los sectores «duros» del POUP, que durante los últimos acontecimientos han puesto de manifiesto su oposición al primer ministro y al equipo de Stanislaw Kania.

La decisión del Gobierno de suspender las negociaciones de ayer «sorprendió» a Solidaridad, así como la propia elección de Kaminski, que se produjo simultáneamente.

También ayer se hizo, público la alocución leída por el viceprimer ministro, Myeczyslaw Rakowski, a Lech Walesa durante las conversaciones del miércoles, que finalizaron sin ningún acuerdo.

Rakowski hizo a Solidaridad única responsable de la tensión reinante en Polonia y acusó directamente a algunos sindicatos regionales (MKZ) de «querer convertirse en partidos políticos».

En un tono de extrema dureza, Rakowski recriminó a Solidaridad por lanzar una campana propagandística para enfrentar al general Jaruzelski con la direcíción del partido, centrando las acusaciones en la policía y fuerzas de seguridad. Asimismo, el viceprirner ministro fustigó a los sindicatos libres por su política de «amenazas y ultimáturn», que «impiden al Gobierno trabajar con normalidad en la política de renovación».

En este mensaje, Rakowski reiteró que el Gobierno del general Jaruzelski «es la última oportunidad» para que los polacos arreglen por sí mismos sus problemas.

A pesar de este tono, Walesa declaró ayer, después del anuncio de la huelga de advertencia de cuatro horas para hoy, que aún hay posibilidades de llegar a una solución y poder desconvocar el paro general ilimitado previsto para el próximo martes día 31.

Este clima de crisis abierta tiene repercusiones inmediatas en la Europa del Este. Ayer, el órgano oficial del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) atacó a Solidaridad, de quien dijo que era manejada «por los antisocialistas del KOR». Asimismo, ayer y el miércoles se celebraron plenos de los comités centrales de los PC de Hungría y Rumanía, donde se trataron «cuestiones de política internacional». Resulta evidente que Polonia fue el centro de las discusiones.

Mientras la situación política adquiere tonos de alarma, la situación económica es igualmente peligrosa. La radio polaca informó que el país sólo tiene reservas alimenticias para doce días.

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