Negligencias médicas
El pasado jueves 19 de marzo, en la página 22 de este diario, se publicaba una noticia con este titular: «Una supuesta negligencia médica estuvo a punto de costarle la vida a una joven de diecisiete años en la clínica de La Paz». En síntesis venía a decir que a la joven le hablan perforado el esófago durante la extracción de un anillo que se había tragado; que la familia se querellaba contra el, hospital y que el responsable del servicio rechazaba cualquier acusación.El pasado día 12 de febrero se cumplieron veintidós años en que «una supuesta negligencia médica le costó la vida a un hombre de 53 años, en la clínica de La Concepción». A este hombre, Angel Arrabal Ruiz, mi padre, apenas cuatro meses antes, el jefe del servicio de otorrinolaringología de La Concepción, doctor cuyo nombre silencio, le había perforado el esófago por varios sitios al efectuar un examen del citado órgano, es decir, al practicarle una esófago copia que le había prescrito un eminente especialista del aparato digestivo, el doctor Heliodoro G. Mogena. No hubo querella contra el presunto negligente; sin embargo, don Carlos Jiménez Díaz prescindió de sus servicios en la clínica de su fundación. Fue un caso del que se habló mucho y durante largo tiempo en los círculos médicos de la capital de España. Puede que algún día publique la historia completa de esta supuesta y trágica negligencia./ .
