Reagan hace profesión de fe conservadora ante sus seguidores
Los líderes de la nueva derecha norteamericana, en la línea de un movímiento ultraconservador, repitieron esta semana en Washington sus postulados en pro de una solución de la actual ley que permite el aborto bajo ciertas condiciones, su oposicion al transporte escolar plurirracial, el deseo de introducir la plegaria obligatoria en las escuelas, la lucha contra la pornografía en la televisión y el control de la educación sexual en las escuelas.Firmes partidarios de la política del presidente Ronald Reagan, tanto en el plano interior (reducción del presupuesto, en perjuicio de los programas sociales) como en política exterior (lucha contra el expansionismo comunista), los dirigentes de los distintos organismos que reunió a la Conferencia de Acción Política Conservadora aplaudieron ininterrumpidamente durante varios minutos cuando su principal líder, Ronald Reagan, hoy presidente de Estados Unidos, confirmó que la Administración defenderá los principios del conservadurismo «mirando hacia el futuro, pero con una visión del pasado».
Reagan recordó a sus partidarios su acto de fe en los principios conservadores, expuesto en su célebre discurso de 1964, cuando apoyó al por entonces candidato presidencial, el republicano conservador Barry Goldwater. Un discurso que marcó el punto de partida para la carrera políticia de Reagan, culminada con su espectacular victoria en la elección presidencial que le ha llevado a la Casa Blanca.
La Conferencia de Acción Política Conservadora es el reflejo del apoyo popular de la actual política de la Administración, Reagan. Muestra cómo gran parte los ciudadanos norteamericanos creen fielmemente en los valores y tradicionales de la sociedad y apoyan la nueva cruzada contra el comunismo.
«La crisis del mundo occidental», según Regan, viene en gran parte por la indiferencia de la creencia en Dios y el materialismo de las ideas marxistas.
Casi todos los miembros del Gabinete gubernamental de Reagan desfilaron ante la conferencia defendiendo, con fuertes aplausos, la política de restricciones presupuestarias (David Stockman, director del Presupuesto) o la necesidad de cortar el paso a los movímientos subversivos marxistas en Centroamérica (Richard Alien, director del Consejo Nacional de Seguridad).
Uno de los personajes más polémicos que pasó por la tribuna del núcleo ultraconservador fue el vicepresidente, George Bush. Su relativo liberalismo y, sobre todo, su anterior adscripción a la Trilateral, fueron combatidos por los conservadores republicanos durante la pasada campatía electoral. Opinaban que la Trilateral, fundada por el banquero David Rockefeller, es demasiado internacionalista, pudiendo perjudicar los intereses nacionales de Estados Unidos.
La victoria para Bush es doble. Desde la vicepresidencia recogió el aplauso de los líderes conservadores, con un discurso en plena línea tradicional, con claro intento de colocarse en posición preferente entre los conservadores si debe sustituir a Reagan, de setenta años de edad, en la próxima elección presidencial de 1984.
La otra parte de la víctoría moral de Bush es que el presidente Ronald Reagan, como es lógico, recibirá la semana próxima en Washington a los dirigentes de la comisión Trilateral, que preparan su reunión anual en la capital norteamericana. Aunque a los ultraconservadores estadounidenses les parezcan demasido peligrosos para los intereses nacionales norteamericanos.
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