Supuestas irregularidades de funcionamiento y financiación en un instituto científico

Un escrito denunciando supuestas irregularidades en el funcionamiento y financiación del Instituto de Palinología, de León, ha sido enviado a cerca de 75 consejeros de la caja de ahorros, de la que depende el Instituto, por el director de éste, Fritz Cramer Díez. La Palinología es una parte de la botánica referida al estudio del polen y las esporas. En el escrito, que sigue a una denuncia presentada hace un mes en el Banco de España, se pide una investigación sobre los dos últimos años, desde que se descubrieron los primeros indicios de minerales radiactivos en la provincia y el Instituto pasó a integrarse en el departamento de obras sociales de la Caja.La denuncia presentada en el Banco de España (departamento de inspección de cajas de ahorros) advierte sobre la inexistencia de contratos laborales con «parte del personal y de los becarios» «desatenciones a los contratos vigentes» con el resto de los empleados y sobre la «negativa de la caja a dar nóminas al personal o siquiera especificar el importe de las de ducciones».

La clave de la denuncia, sin embargo, radica en la presunta retención de fondos pertenecientes a un proyecto de investigación financiado por la Ohio State University a través de los tratados de amistad y cooperación firmados entre España y Estados Unidos. Estos fondos estaban siendo utilizados en la investigación de posibles yacimientos uraníferos en la provincia de León y fueron retirados de una cuenta corriente a nombre del propio Cramer por uno de los subdirectores de la caja, Ernesto Freide Somorrostro. Todo ello, según la denuncia, podría constituir «delito de apropiación indebida de mayor cuantía», seguido de otro presunto delito «de encubrimiento» por parte de los máximos responsables de la entidad, que se negaron a realizar una primera investigación.

Por lo que respecta al escrito remitido a los consejeros de la Caja con fecha del pasado día 13, su contenido añade que las investigaciones sobre minerales radiactivos fueron financiadas en menos de un 8% por la Caja, mientras que el resto corrió a cargo del Tratado de Amistad y Cooperación Científica entre Estados Unidos y España, y de aportaciones personales del propio Cramer. Este pudo utilizar, «sin contraprestación económica», instrumental especializado, que le fue prestado por «colegas extranjeros», los cuales también aportaron análisis del mineral y diversa «ayuda técnica y teórica».

El mismo escrito destaca la contradicción existente entre unas declaraciones a la Prensa local del último director de la Caja, Emilio Hurtado, y el contenido de los informes remitidos a Presidencia del Gobierno en relación con los descubrimientos de posibles yacimientos de uranio: en el primer caso, la Caja dice haber invertido cuarenta millones de pesetas en el Instituto de Palinología, mientras que el documento enviado al Gobierno varios meses antes habla de sesenta millones. Según Cramer, que fue cesado como director del Instituto poco después, la diferencia entre ambas cifras constituye un argumento más para exigir una inspección sobre el tema.

Por último, tanto la denuncia presentada en el Banco de España como el escrito remitido a los consejeros hacen hincapié en la proximidad de urias nuevas elecciones para renovar los principales cargos de la Caja y en el hecho de que personas supuestamente comprometidas pudieran acceder a la presidencia o vicepresidencias de la entidad.

Nuevos nombramientos

El relevo en la presidencia de la Caja se produjo, sin embargo, el pasado día 12, veinticuatro horas antes de enviarse los primeros escritos a los consejeros, y supuso el nombramiento de un antiguo presidente de la Cámara Provincial Agraria, Julián de León, como sucesor de Emilio Hurtado, que, a su vez, dimitió por razones de edad tras permanecer más de veinte años en el cargo. En la misma reunión del Consejo de Administración de la Caja quedaron sin renovar, sin embargo, las dos vicepresidencias, al alegar alguno de los asistentes que el tema no figuraba en el orden del día. Fuentes próximas al consejo manifestaron que el tema quedó sobre la mesa hasta la celebración de una nueva reunión, prevista para el día 26, a iniciativa de cuatro de los consejeros que ostentan la representación de los trabajadores. EL PAIS pudo saber también que las personas propuestas inicialmente para ambos cargos eran Joaquín López Contreras y José María Martínez-Gallo, vocales del consejo.EL PAIS intentó, sin éxito, concertar una entrevista con el nuevo presidente de la Caja, Julián de León, que dijo no tener noticias sobre las denuncias presentadas en el Banco de España. Igualmente, señaló que no conocía «en profundidad» el tema de los posibles yacimientos uraníferos, por lo que tampoco podía proporcionar ningún nuevo dato.

Por su parte, la actual directora del Instituto de Palinología, María Amor Fombella, se expresó en parecidos términos y se remitió para cualquier información a los altos cargos de la Caja, los mismos que habían sido consultados previamente por este periódico. La directora se limitó a señalar que en el último año no se había realizado ninguna investigación sobre uranio y que desconocía el presupuesto del propio Instituto, dato que también se le había negado al anterior director. Este asegura en sus escritos disponer de copias relacionadas con las presuntas irregularidades.