Los socialistas italianos proponen a las fuerzas políticas la reforma de la Constitución

Bettino Craxi, secretario general del Partido Socialista italiano, ha invitado a «todos los partidos a cambiar la Constitución y la ley Electoral». Hablando ante las cámaras de televisión durante el programa Tribuna política a última hora del martes, el dirigente socialista aprovechó para explicar al país en qué consiste la «gran reforma» por él anunciada tres días antes en Matera, y que será el caballo de batalla del próximo congreso nacional de su partido, que se celebrará en Palermo el mes que viene.

En realidad, Craxi ha sabido adelantarse a un deseo que desde hace meses serpentea en todos los partidos ante el malestar general en el país, aquejado por el terrorismo, la crisis económica y el descrédito de no pocas instituciones ante la multiplicación de los escándalos.Con su propuesta, el líder socialista ha querido también, según los observadores, oponerse a la hipótesis Visentini de crear un Gobierno no controlado directamente por los partidos, sino por el Parlamento, y a la tentación de la Democracia Cristiana de querer asumir las propuestas de los demás para poder pilotarlas ella misma, manteniéndose así siempre en el carro del poder.

Craxi ha propuesto a todas las fuerzas políticas la creación de una comisión semejante a la que había preparado la actual Constitución después de la guerra (75 miembros de todos los partidos) para reformarla. El secretario socialista ha declarado que «hasta los mejores edificios necesitan retoques después de años de uso».

Concretamente, Craxi ha pedido una distribución del trabajo de las dos Cámaras para mejorar la productividad del Parlamento. Ha acusado al sistema italiano actual de crear los Gobiernos más inestables de Europa, mientras, dijo, se necesitan dos años de media para hacer aprobar una ley que en otros países se aprueba en pocas semanas.

Para la estabilidad de los Gobiernos ha aconsejado estudiar los sistemas de Alemania y España por lo que se refiere a la confianza otorgada a esos Gobiernos. Según Craxi, un Gobierno no debe caer hasta que no haya en el Parlamento la posibilidad de crear uno nuevo.

Craxi ha pedido también que se ponga un margen a la excesiva politización de la Magistratura y se creen instrumentos de control de dicha institución en el Parlamento, o en el Gobierno.

Reforma electoral

Pero, según el secretario socialista, el país necesita no sólo una revisión de la Constitución, sino también de toda una serie de procedimientos administrativos y legislativos. Concretamente ha pedido un cambio en la elección de diputados y senadores. Por ejemplo, la elección de senadores con un sistema basado sobre un colegio único regional. Craxi ha insistido mucho en una reforma de los «instrumentos de gobierno», afirmando con cierta ironía que basta hoy entrar en la presidencia del Gobierno y «ver los muebles para ver lo lejos que está de ser un auténtico cerebro y centro de coordinación del Ejecutivo».Este desafío lanzado por el Partido Socialista de una reforma constitucional, según Craxi, es indispensable y urgente «para oponerse con un proyecto democrático y reformador a la preparación de una nueva derecha moderna y capciosa que explota el malestar popular y la crisis de íneficiencia del sistema».

Precisamente estos mismos días los comunistas habían pedido, a través de un seminario de estudio, una reforma del Parlamento y de su reglamento para aligerar la aprobación de las leyes y para que no se convierta, como sucede hoy con frecuencia, en un espectáculo de absentismo o de teatralidad con el famoso expediente del «obstrucionismo» o boicoteo de los proyectos de ley, que pueden paralizar las Cámaras durante semanas y meses enteros.