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Laína sospechó del general Armada desde el primer momento

El propio rey Juan Carlos desautorizó al general Armada durante la noche del 23 al 24 de febrero. Según informa Efe, el director general de la Seguridad del Estado, Francisco Laína, relató ayer a un grupo de mujeres periodistas que él mantuvo una agria conversación durante el desarrollo del golpe con Milans del Bosch, en la que le increpó a éste por su actitud y le ordenó la retirada del bando que había publicado en Valencia. e inmediatamente se puso en contacto con la Zarzuela. «Le cuento (al Rey) la conversación con Milans del Bosch, y el Rey me dice que no me fie de Armada, que está desautorizado por la Zarzuela, y que cualquier gestión o contacto lo está haciendo a título Personal».La desconfianza de la Zarzuela en el general Armada se filtró hace tres semanas, circunstancia esta que quizá explique la actitud del general Gabeiras, que durante la jornada del 23 de febrero no se separó de aquél.

Este temor se acrecentó tras la reunión del general Armada con el teniente coronel Tejero en el interior del Parlamento. Poco después de que el general Armada abandonara aquel recinto, el teniente coronel Tejero recibió una llamada de García Carrés, quien le animó a mantenerse en su postura, le aseguró que dos regimientos -el Pavía y Villaviciosa- ya se dirigían hacia Madrid, le prometió el cuidado de su familia y le leyó un manifiesto que iba a ser publicado en el diario El Alcázar. A esto respondió el teniente coronel Tejero dando cuenta de la reciente visita del general Armada y de la sugerencia que le realizó, a la que calificó de «chapuza».

Testigos de la conversación

El general Armada fue llamado por Francisco Laína a su despacho. «Cuando llega Armada», relata el director de la Seguridad del Estado, «ruego a todos los que están en mi habitación que salgan. Sólo pido que permanezcan Sánchez Harguindey (subsecretario del Interior) y Mariano Nicolás (gobernador civil de Madrid). La conversación va a ser difícil y quiero tener testigos» . De la conversación, ahora objeto del sumario, «no se desprende nada de importancia. Yo aprovecho para llamar a la Zarzuela y decir que Armada estaba allí por si querían hablar con él. Efectivamente, Sábino Fernández Campos habla unos breves instantes con Armada».En este espacio de tíempo, localizado el lugar desde donde García Carres comunicó con el teniente coronel Tejero, se decide la detención de aquél. Detención que ha de llevarse con la mayor prudencia y reserva pública posible. Un ligero descuido, no obstante, permitió que la detención fuese de dominio público.

«Se trata ahora», declaró ayer Francisco Laína, de impedir la publicación del manifiesto en El Alcázar. Para ello contactamos con el í-iscal general del Estado, pero, ante las complicaciones legales para el secuestro, optamos por la retención del periódico hasta las diez de la mañana».

El director de la Seguridad del Estado recordó en otro momento la actuación del Rey frente a la actitud del capitán general de la III Región Militar, Milans del Bosch. «El Rey utilizó hasta el fin los resortes de la jerarquía militar».

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