"La única salida a la crisis alimentaria es un sistema integrado a nivel mundial"
«La única solución a la crisis mundial de alimentos, que puede pasar de la amenaza a la realidad antes de lo que pudiera pensarse, es la adecuación de la agricultura a un sistema alimentario integrado a nivel mundial y acorde con las características socioeconómicas de los distintos países», dijo ayer el ministro de Agricultura, Jaime Lamo de Espinosa, en la inauguración del undécimo encuentro de Eurofórum.Explicó Lamo que, desde hace seis o siete años, el crecimiento de la población mundial es mayor que el de la producción de alimentos, y aunque adelantó que no estaba en la reunión para desencadenar mensajes premonitorios, y menos aún para erigirse en agorero de catástrofes, se sintió autorizado (como ministro de Agricultura de un país europeo) «para enfatizar sobre la grave responsabilidad en que puede incurrir el mundo moderno si olvida que el gran reto de los años venideros va a ser la crisis de alimentos, tanto a escala de reparto de las producciones como de distribución de materias primas entre los diversos pueblos del planeta».
Reconoció, sin embargo, que a partir de 1973 los coletazos de una agricultura y una pesca energetizadas están generando una nueva forma de relaciones de poder en la que los bloqueos, embargos, reducción de excedentes o las toneladas autorizadas de capturas (TAC) son ahora moneda común.
Para Lamo, en definitiva, la gran crisis mundial de alimentos que se avecina va a quedar definida por la nueva orientación de las producciones. Y destacó fundamentalmente a los países en vías de desarrollo como la gran despensa alimentaria del mundo. En materia de pesca recordó los pronósticos de la FAO, en relación a que sólo las costas de estos países podrán aumentar las producciones; además de un uso más completo de las especies que se capturan en los países desarrollados, que deberán fortalecer, por otra parte, su acuicultura (cultivos marinos). La captura marítima podría pasar en estas condiciones de los 75 millones de toneladas en 1980 a los 92 millones en el año 2000.
Y en relación a Europa, la crisis alimentaria puede llegar como consecuencia de un cambio en los hábitos de consumo autóctonos, que tienden a la alimentación impersonal importada de Estados Unidos. En este sentido, dijo Lamo que el proteccionismo a ultranza seguido por la Política Agrícola Común (PAC) está siendo contestada sobre la coincidencia de un desplazamiento de los grupos alimentarios europeos hacia áreas subdesarrolladas donde pueden producir materias primas a precios más competitivos en el mercado internacional.
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