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El Himalaya y el viento abortaron la aventura del globo "Jules Verne"

El globo Jules Verne, pilotado por los aeronautas americanos Max Anderson y Don Ida, que pretendían dar la vuelta al mundo en diez días, hubo de efectuar un aterrizaje forzoso el pasado sábado en el norte de la India, cerca de Nueva Delhi, dado que la adversidad de los vientos dominantes les impedia remontarse a suficiente altura para salvar el obstáculo natural del Himalaya. Tanto Anderson como Ida han declarado que intentarán nuevamente su aventura a finales del presente año.

Los dos aeronautas declararon el domingo por la tarde, a su llegada a Nueva Delhi, que abandonaron la aventura el sábado a las diez horas, cuando se encontraban a 160 kilómetros al noroeste de Delhi. «El Jules Verne», dijeron, jamás habría podido franquear el Himalaya, que se encontraba a trescientos kilómetros delante de nosotros». Los aventureros americanos explicaron que a las 15.30, hora local, cuando se encontraba próxima la puesta de sol, decidieron no correr el riesgo de remontar de noche el Himalaya. El globo no podía remontarse por encima de los 7.000 metros, mientras los picos más altos de la cordillera alcanzan los 8.000. Max Anderson, de 46 años, que ya en 1978 protagonizó la travesía del Atlántico en globo, dijo que el Jules Verne no disponía de lastre suficiente para remontar esa altitud.Otro obstáculo con el que se encontraron los pilotos del globo fue que los vientos dominantes, de gran fuerza, iban en dirección Suroeste-Noreste. Si los vientos hubieran sido Oeste-Este, el globo podría haber atravesado todo el norte de la India hasta Birmania, donde las estribaciones del Himalaya son más fáciles de franquear, Los dos aeronautas han confirmado que tenían una fuga de gas en el globo desde que el jueves pasado salieron de Luxor, en Egipto, pero que eso no les hubiera impedido terminar la aventura. Al preguntarles que por qué no cambiaron la envoltura del globo, ya que llevaban a bordo el recambio, ambos dijeron que para esa operacíón habrían necesitado disponer de unos 5.600 metros cúbicos de gas helio para rellenar la esfera y que ello les hubiera costado alrededor de 12.000 dólares.

El descenso del Jules Verne sobre un sembrado, a treinta kilómetros del pequeño pueblo de Híssar, produjo una verdadera conmoción entre los campesinos. Muchas historias de la mitología hindú hablan de un carro celeste que desciende del cielo. Al amanecer del domingo, cuando Anderson e Ida despertaron de su suefio (habían pasado la noche en la barquilla), encontraron una multitud de 10.000 personas, observándoles atentamente, ayudándoles a bajar de la cesta y dándoles toda clase de alimentos.

Mientras la esfera inflable permanecerá en la India, la canastilla y el material técnico serán trasladados a Estados Unidos.

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