Televisión anglosajona de España
Para fortuna de los telespectadores españoles la Televisión Española sigue siendo la Televisión Anglosajona de España. Lo de la fortuna es una ironía que no carece de sentido, puesto que está demostrado que la BBC y la ITV inglesas, y las productoras norteamericanas de televisión, han demostrado una gran capacidad para usar la técnica del modo más brillante para beneficio del consumidor internacional. Mañana mismo tenemos un ejemplo: un excelente perfil humano del Rey de España, lo veremos en este país gracias a la BBC, que lo produjo ante la presencia pasiva de los que hasta hace unas semanas regían la política de Prado del Rey.Tomemos la programación de un domingo cualquiera: La familia Apple, Ecos de los sesenta, Centennial, Los ángeles de Charlie, Vickie el vikingo, El increíble Hulk... A lo largo de la semana, la colonización es notoria y alcanza su apogeo en los Grandes relatos, cuya rúbrica suele ser también anglosajona. Mientras esta situación permanece y dura, como decía Quevedo, el subempleo de los realizadores españoles, de televisión y de cine, se acentúa. No se trata de hacer comparaciones; es obvio que la popularidad que alcanzan ciertas series anglosajonas demuestra la conveniencia de su compra. Pero es una buena materia de reflexión el tema de la persistente colonización que Televisión padece, sin que la producción interior reciba el espaldarazo que precisa para tomar empuje y, si esto fuera posible, calidad.
La obsesión anglosajona también va por autores: hoy de nuevo aparece en la programación teatral de Televisión un, autor británico que ya fue representado y no hace más de un año; no es Shakespeare, obviamente. Se trata de Terence Rattigan, que regresa a la pequeña pantalla, en español, con La quiero, señora Brown. La Televisión Española pasa de Arniches a Rattigan con la misma facilidad con que José Domingo Castaño deja El Salvador y se cuela en Venezuela, de la mano de los ladillos que ponen en el programa 300 millones, los poéticos asesores de tan millonaria emisión.
Babelia
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