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Reagan reconsiderará el despliegue de la bomba de neutrones en Europa

La nueva Administración norteamericana «está reconsiderando la posibilidad de producir y desplegar la bomba de neutrones en Europa», anunció ayer Caspar Weinberger. El secretario de Defensa, en su primera conferencia de Prensa como director del Pentágono, indicó que la producción de la bomba de neutrones «es uno de los temas que deberemos reexaminar en profundidad».Caspar Weinberger criticó al ex presidente Jimmy Carter «por haber tomado una decisión tan repentina» al cancelar la producción de las armas neutrónicas. Carter ordenó la supresión e programa para el desarrollo de la bomba de neutrones después que los países aliados de Europa occidental la hubieran aprobado con dificultades.

El secretario de Defensa de la Administración Reagan subrayó que la bomba de neutrones podría reforzar la seguridad de los aliados europeos de Estados Unidos. Sin embargo, Weinberger señaló que Estados Unidos no desplegaría la bomba de neutrones «sin haber consultado previamente con nuestros aliados».

La bomba de neutrones ha sido llamada un «arma limpia», porque, al emitir más radiaciones que los armamentos nucleares convencionales, preserva de la destrucción los bienes y productos materiales.

De otra parte, parece que el presidente Reagan está dispuesto a negociar con la Unión Soviética un nuevo Tratado de Limitación de Armas Estratégicas, pese a los recientes ataques de la Casa Blanca contra Moscú. Según funcionarios, sin identificar, citados por el periódico Washington Star, las negociaciones estarían condicionadas a «la actitud soviética ante Polonia».

La Administración Reagan, opuesta al Tratado SALT II, firmado en junio de 1979 por Jimmy Carter y Leonidas Brejnev, que no llegó a entrar en vigor por falta de ratificación en el Senado norteamericano, recibe al parecer «fuertes presiones» para que negocie con Moscú. Los aliados europeos, de una parte, y la necesidad de equilibrar el presupuesto de EE UU, por otra, son los dos elementos que pueden llevar a la Casa Blanca a negociar con el Kremlin.

El propio Reagan ha indicado que los contactos con la URSS no tardarán en producirse, pero que las negociaciones propiamente dichas no podrían comenzar antes de seis meses como mínimo.

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Un subsecretario ignorante

El Comité de Asuntos Exteriores del Senado recomendó ayer por diez votos a favor, cuatro en contra y tres abstenciones, la confirmación de William Ciark como subsecretario de Estado. Numerosos miembros del comité, que ayer examinó a Clark, manifestaron su exasperación por la «falta de cualificaciones» del íntimo amigo de Ronald Reagan para el cargo.

William Clark admitió ante el comité que no sabía el nombre del primer ministro de Zimbabue o el de la República Surafricana.

El que se convertirá en el alter ego del secretario de Estado, Alexander Haig, si es aprobado por el Senado en pleno, reconoció que no conoce las actitudes en Europa occidental sobre el emplazamiento de nuevos misiles nucleares norteamericanos.

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