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Una mujer, Gro Brundtland, accede a la jefatura del Gobierno en Noruega

Noruega tiene desde ayer, por primera vez en se historia, a una mujer al frente del Gobierno. Gro Harlem Brundtland, de 41 años, fue elegida ayer, martes, por los más altos órganos del Partido de los Trabajadores (socialdemócrata), para suceder en el cargo de primer ministro a Odvar Nordli, que renunció la semana pasada. La decisión está avalada por la mayoría de las bases del partido, una vez que la Central de Trabajadores (LO), que parecía oponerse a la elección de Gro Harlem Brundtland, le dio indirectamente su apoyo.

Se espera para hoy, miércoles, que Brundtland tome posesión del cargo y, simultáneamente, el alejamiento de Nordli. Una Vez que la dirección del partido, compuesta de trece miembros" eligió a Gro Brundtland, se reunió el órgano máximo socialdemócrata, de 37 miembros, con representantes de todo el país, y ratificó la decisión.Gro Harlein Brundtland, que es médica y madre de cuatro niños, está vinculada a la socialdemocracia noruega desde su infancia. Su padre fue ministro en varios gobiernos socialdemócratas, y su madre, de origen sueco, también trabajó en organizaciones del partido. Durante su época de estudiante, Gro Harlem Brundtland trabajó activamente en política, pero fue en 1974 cuando el primer ministro Trygve Bratelli puso su hasta entonces desconocido nombre en el tapete, designándola ministro de Medio Ambiente.

A partir de entonces cobró popularidad y se caracterizó por su facilidad de comunicación con los electores a través de un lenguaje simple y directo. En 1975 fue nombrada para la vicepresidencia del partido, y en 1977, tras una reestructuración del Gobierno de Nordli, dejó el Ministerio e ingresó en el Parlamento (Stortingen), donde fue vicepresidenta del grupo parlamentario socialdemócrata. Muchos ven en esta etapa de su carrera política el aprendizaje que la llevaría al cargo que ocupa ahora.

Resulta un tanto difícil caracterizar la posición de la nueva primera ministra en relación con las disensiones internas de su partido. Durante algún tiempo fue considerada como próxima al ala radical, pero posteriormente, ya fuese por la responsabilidad de sus cargos o por táctica, fue evolucionando hacia posiciones centristas.

En rigor, no surge de sus últimas intervenciones en público un signo claro de lo que piensa sobre ciertos problemas que dividen al partido. El estar casada con un experto del Instituto de Política Extranjera de Oslo, activo militante del Partido Conservador, no parece haber influido en sus opciones políticas.

Su gestión como primera ministra, en momentos difíciles para Noruega y para el partido del Gobierno, es esperada con cierta esperanza por los socialdemócratas, que confían en recuperar el apoyo popular perdido. Los últimos sondeos de opinión muestran que los conservadores han igualado a la socialdemocracia, algo que no ocurría en Noruega desde hace casi medio siglo.

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El nombramiento de Gro Harlem Brundtland ha suscitado reacciones controvertidas en la opinión pública. Una delegación de mujeres samer (laponas) ya se encuentra en Oslo para exigirle la suspensión de la construcción de la presa del río Alta, en el Norte. Un problema que ha sacudido al país en las últimas semanas.

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