Fuertes pérdidas económicas en la agricultura y la ganadería de la provincia a causa de la sequía
La sequía que desde hace dos meses afecta, entre otras, a la provincia de Madrid ha hecho que la mayor parte de los pastos de la provincia estén secos, se hayan registrado fuertes pérdidas económicas en la agricultura y en la riqueza forestal y haya posibilidades de que algún municipio sufra restricciones de agua de no variar la situación. En la capital, los efectos se han sentido menos, ya que, exceptuando los cuidados especiales a los parques para evitar las consecuencias de las heladas negras, o la posible pérdida del césped de la Casa de Campo, los habitantes de la capital sólo se han enterado de la falta de lluvias por los altos índices de contaminación existentes desde finales del pasado año.
Los pueblos de la provincia dedicados a la agricultura o ganadería han sido, como ha ocurrido en toda la meseta, los más afectados. Los pastos naturales están agostados; las heladas sufridas han hecho perder más del 60% de la producción de aceitunas; se calcula que una gran cantidad de semillas de cereales plantadas se perderán antes del verano; los ganaderos han tenido que vender en condiciones desfavorables su ganado o alimentarlo con piensos, lo que supone un gran gasto. Estas y otras consecuencias de la sequía están siendo estudiadas por los técnicos de la Diputación, incapaces, por el momento, de evaluar las posibles pérdidas.Según informó José Luis Fernández, jefe del departamento agropecuario de la Diputación, en sus inspecciones por la provincia estos técnicos han comprobado que en aquellas zonas en las que existe regadío, tal como Aranjuez, se han tenido que abrir los canales para regar los terrenos en los que se acaba de sembrar las semillas del trigo, la cebada o el centeno. En aquellas tierras que son de secano las perspectivas son bastante negativas, y sólo queda esperar al próximo verano para ver sus efectos.
Si esta situación preocupa a los municipios de la provincia, las pérdidas habidas en las zonas forestales se elevan ya a los veinticuatro millones de pesetas.
Estas pérdidas se han debido a los fuertes vientos registrados el pasado mes de diciembre, que troncharon numerosos árboles, con el consiguiente deterioro de la madera.
«La sequía ha tenido mucha incidencia en estas pérdidas, porque, si la tierra está húmeda, el viento tira el árbol, pero no lo parte. Los veinticuatro millones de pesetas es aproximadamente el dinero que se habría obtenido por la venta de la madera ahora perdida», manifestó Gustavo Salinas, jefe provincial del Icona. Las zonas forestales más afectadas pertenecen a los términos de Miraflores, Lozoya, Cercedilla, Rascafría y San Lorenzo de El Escorial.
Peligro de incendio
La mayor preocupación de este organismo es el aumento del peligro de incendio. «El pasado año se declaró época de peligro la comprendida entre el 15 de junio y el 30 de septiembre. Este año, si seguimos así, a lo mejor hay que empezar mucho antes. Afortunadamente, el hecho de que sea invierno desanima a la gente a ir al monte, lo que evita aumentar el peligro», dijo Salinas.Los parques y zonas verdes de Madrid, sin embargo, no han sufrido en toda su dimensión los efectos de la sequía. El convenio firmado hace años entre el Ayuntamiento y el Canal de Isabel II, por el que el primero se compromete a tapar todas las zanjas que abra el segundo, a condición de obtener agua gratis para regar parques y jardines y limpiar calles, ha impedido la pérdida de las zonas verdes. Sólo el césped de la Casa de Campo rebrotará más tarde que otros años, en caso de que lo haga.
El resto de los parques está siendo cuidado como siempre, de acuerdo con sus características, aunque, según informó José Luis Pita, ingeniero subdirector del departamento municipal de Parques, Jardines y Estética Urbana, se han echado capas de mantillo en el Retiro, en los jardines de la plaza de España o el parque del Oeste, con el fin de resguardar el césped de los efectos de las heladas negras. Con este término se conoce la helada que se produce en ambientes secos, como el existente ahora; esta sequedad impide la formación de escarcha sobre las plantas, con lo que, al perder esta película protectora, la planta sufre temperaturas inferiores a los cero grados, lo que puede suponer la pérdida de la misma.
Con respecto a los árboles que existen en Madrid, la mayoría, según informó José Luis Pita, son de hoja caduca, por lo que en invierno no necesitan mucho riego. Los de hoja perenne, pinos y encinas, situados principalmente en la Casa de Campo, resisten, asimismo, la sequía. Normalmente, un árbol requiere seis riegos al año, aunque si se trata de árboles recién plantados, como los 14.000 colocados en la última Semana del Arbol, su. riego tiene que ser más intenso durante los dos primeros años.
Por otra parte, el consumo de agua no parece que se vaya a ver afectado a corto plazo por la sequía. El Canal de Isabel II, según informó su director, Rodolfo Urbistondo, tiene en sus embalses unos 483 millones de metros cúbicos, más del consumo anual de la capital y los cuarenta municipios que reciben agua de este organismo. El resto podría ser ayudado por el Canal a través de algunas conexiones ya hechas, en caso de que la sequía continúe.
Entre éstas están las realizadas con Valdemorillo y con Las Rozas, así como con la existente entre el embalse del Vellón y el Sorbe, creada en principio para tomar agua de este río con destino al Canal de Isabel II, y que hasta ahora ha servido para lo contrario, al haberse retrasado la inauguración del embalse de Veleña.
El pasado año se solucionaron, por otra parte, los problemas de suministro de agua para las localidades de Pinto, Móstoles, Parla y Fuenlabrada, que no padecerán restricciones, al ser ya abastecidas por el Canal de Isabel II. En la actualidad, y con estas incorporaciones, este organismo suministra agua al 90% de la población de la provincia.
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