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Crítica:MÚSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un Mozart cálido y expresivo por Alicia de Larrocha

El programa de la Orquesta Nacional de España escuchado el viernes ofrecía varios alicientes importantes: la presencia como solista de Alicia de Larrocha, intérprete que, en el mundo supercompetitivo del piano, sigue manteniendo el puesto privilegiado que hace ya bastantes años le otorgaron los públicos y la critica de distintas partes del mundo; la dirección de Eliahu Inbal, maestro de gran solvencia, demostrada en anteriores actuaciones con esta misma orquesta y la Sinfónica de RTVE; finalmente, el interés elevado del programa que, tras las dos maravillas mozartianas, nos ofrecía la audición, rara entre nosotros, de la versión íntegra del ballet El mandarín maravilloso, de Béla Bartok.En relación a las esperanzas de gran concierto, debo decir que el resultado fue un tanto decepcionante y aclarar, con pena, que la decepción se centró en la actuación de nuestra primera orquesta, sobre todo en las obras de Mozart, un autor que nunca ha sido el fuerte de los conjuntos sinfónicos españoles.

Coro y Orquesta Nacional de España

Director: E. Inbal. Alicia de Larrocha, piano. Obertura "Las bodas de Fígaro" (Mozart), Concierto número 23, K. 488(Mozart) y El mandarín maravilloso (Bartok). Teatro Real, 23, 24 y 25 de enero de 1981.

Inbal planteó la obertura de Las bodas de Fígaro con buen pulso mozartiano, ligero y bien contrastado dinámicainente, pero faltó calidad sonora y, por tanto, esa virtud tan propia de la música de Mozart, como es la claridad, la luz. Otro tanto cabe decir con respecto al Concierto en la mayor, con el agravante de que la orquesta colaboraba en este caso con un solista que hacía verdaderos primores con el sonido, sin encontrar la debida réplica. La versión del Concierto, aunque bien ajustada, pues la batuta de Inbal es muy precisa en este aspecto, quedó un tanto coja a causa del mencionado desequilibrio de calidad sonora.

Mejores fueron los resultados en la admirable composición bartokiana, que probablemente se trabajaría más y mejor en los ensayos. Con buena colaboración del coro en su brevísimo papel, la música de Bartok nos Regó en todo momento con gran pujanza rítmica y llena de vida interior, como corresponde a la versión madura que el maestro Inbal conseguía hacer explícita

Pero insistamos, para terminar, en el inapreciable regalo que constituyó escuchar a Alicia de Larrocha, en un momento cimero de su arte pianístico. Su Mozart, fue elegante y cálido.

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