Avances en la libertad de expresión, según los directivos del IPI

España se encuentra en un proceso cada vez más marcado de conquista de la libertad de Prensa, a pesar de que todavía existan algunos atentados aislados contra esta libertad, que en determinados momentos podrían poner en peligro el proceso liberalizador iniciado, hace cinco años.

Esta situación es uno de los alicientes que han motivado al Instituto Internacional de Prensa a preparar la celebración de la asamblea extraordinaria de este organismo en España en 1982, según han anunciado en Madrid Cuschow Irani y Peter Galliner, presidente y director, respectivamente, de dicho Instituto.Cushow Irani y Peter Galliner que se encuentran en Madrid para preparar la asamblea general del IPI que se celebrará en Madrid en mayo de 1982, se entrevistaron ayer con los miembros del Comité Ejecutivo español del IPI. Este comité español expuso la evolución, en su opinión, favorable de la libertad de Prensa que se ha producido en España en estos últimos meses. Este avance estaría motivado, en parte, por las actitudes y esfuerzos de sectores públicos y privados a fin de conseguir para España unos niveles más aceptables de libertad de expresión y mantenerse en esta dirección liberadora.

«La asamblea de Madrid», explica Peter Galliner, «creo que será especialmente interesante para España tanto por el tema central de la misma, El progreso hacia una Prensa más libre, como porque aquí ya se está consolidando una nueva situación creada a partir de la publicación de periódicos y revistas con nuevos criterios». Previamente a la asamblea de Madrid se celebrará este año, del 2 al 4 de marzo, en Nairobi, otra asamblea general para examinar los problemas internos de la Prensa.

A partir de la versión optimista que muestran sobre la situación española los directivos del Instituto Internacional de Prensa, éstos son conscientes, porque lo han podido comprobar ellos mismos o porque se lo ha contado la sección española del Instituto, que existen todavía problemas de clarificación legislativa, de diversas formas de entender la profesión periodística, de acceso al carné profesional y de la necesaria formación del periodista. «La mejor ley de Prensa», ha vuelto a decir Peter Galliner, « es la que no existe. Es muy positivo que esta frase también la haya pronunciado un ministro del Gobierno, porque hace seis meses, por ejemplo, no se pensaba así en algunas esferas oficiales».

El acceso a la profesión periodística, la concesión de carnés y la formación del periodista, son cuestiones que, a juicio de los dos directivos del IPI, no constituyen problemas específicos de España. «La opinión del IPI sobre el carné», dice Peter Galliner, «es que el entendimiento rígido de este tema va en detrimento de la libertad de Prensa, porque detrás de la concesión de los carnés están, normalmente, los Gobiernos o grupos influyentes que manipulan la profesión. Estamos en contra de las puertas cerradas a los periodistas».

«El periodista representa el derecho de expresión de cada ciudadano. El Gobierno no tiene derecho a manipular, por medio del carné, la información», explica el presidente del IPI, Cushow Irani. «La mejor manera», añade el señor Irani, «de aprender periodismo, de acceder a la profesión, es la práctica periodística. Al periodista se le debe exigir tener una mente clara y analítica, un cierto escepticismo y reparo sobre la información que proceda de los Gobiernos, tener una formación general buena y, sobre todo, poseer la independencia y el coraje precisos para decir la verdad».

Prensa y terrorismo

La valoración que hacen los directivos del IPI de los grandes temas de la información mundial en estos momentos van en la línea de lo que siempre ha defendido el IPI. Para el presidente del instituto, el informe McBride, que ha hecho suyo la Unesco en su última asamblea, está en contra de la libertad de Prensa. «Después del informe Mcl3ride nos enfrentamos a una situación peor, porque se favorece mucho más la intervención de los Gobiernos». Sobre el debate internacional, cuya discusión se ha avivado últimamente, sobre Prensa y terrorismo, el presidente del IPI piensa que se trata de un problema muy difícil, ya que hay que examinar cada situación concreta y que en definitiva corresponde al director de cada medio el decidir la postura que debe adoptar».Una de las funciones que ejerce el, IPI es la de valorar y criticar anualmente o en cada caso concreto que se produzca, los retrocesos y avances en la conquista de la libertad de expresión, tanto en los países desarrollados como en los en vías de desarrollo. Según Cushow Irani, la situación mundial de la libertad de expresión en el mundo no es buena en estos momentos, aunque es verdad que la llama de la libertad no está todavía apagada. Sobre las consecuencias profesionales de la implantación de las nuevas tecnologías en los medios de comunicación, especialmente en la Prensa, el presidente del IPI cree que las mayores consecuencias -de este pro ceso, que ya no puede ir para atrás- son subjetivas. «De alguna manera, todos los periodistas somos prisioneros de la ciencia y de la tecnología, la nueva tecnología requiere que pasemos más tiempo con la máquina, y esto tiene una buena carga de asimilación subjetiva».