El presidente Ronald Reagan tomo posesión mientras Irán liberaba a los rehenes

Ronald Wilson Reagan, 69 años, juró al mediodía de ayer (hora de Washington) su cargo como 40º presidente de Estados Unidos y minutos más tarde (a las 18.24, hora de Madrid) despegaba del aeropuerto de Teherán el avión argelino que pondría en libertad a los 52 norteamericanos que Irán mantenía como rehenes desde hacía 444 días.Jimmy Carter, tras ver frustrado por escasos minutos su deseo de culminar su mandato con la liberación de sus compatriotas, volará hoy a Francfort (República Federal de Alemania) para dar, como embajador especial del flamante presidente republicano, la bienvenida oficial a los cincuenta hombres y dos mujeres.

Tres fueron los aviones que despegaron del aeropuerto iraní. En el primero iban los rehenes; en el segundo, Ahmed Azizi, representante del primer ministro iraní, así como el mediador argelino Abdelkrim Gharaieb, y en el tercero, los médicos argelinos que reconocieron a los rehenes antes de partir. Su diagnóstico fue optimista: los rehenes están muy cansados, pero se encuentran perfectamente.

Los tres aparatos realizaron una escala técnica en la base militar norteamericana de Hellinikon, en la capital griega, y de allí se dirigieron al aeropuerto Huari Bumedian, de Argel, donde les esperaba el hasta ahora secretario de Estado adjunto, Warren Christopher, informa desde Argel Manuel Ostos. La llegada a Argel se produjo minutos después de las dos de la madrugada (hora de Madrid). Posteriormente, los rehenes volaron a la RFA.

El buró político del Frente de Liberación Nacional Argelino (FLNA), bajo la presidencia del jefe del Estado, Chadli Bendjedid, reafirmó su voluntad de seguir apoyando la revolución islámica, y se felicitó por el buen término de las negociaciones.

La llegada al aeropuerto de Argel fue transmitida en directo a Estados Unidos por las tres principales cadenas de televisión norteamericanas, que horas antes habían ofrecido a todo el país las espectaculares ceremonias al aire libre y posterior recepción en el Capitolio que enmarcaron la toma de posesión de Ronald Reagan, ante un Jimmy Carter con evidentes muestras de haberse pasado la noche en vela esperando inútilmente la liberación de los rehenes.

«Los rehenes han sido liberados», anunció oficialmente el presidente Reagan interrumpiendo su almuerzo con el Pleno del Congreso, informa Ramón Vilaró desde Washington. Las sirenas y campanas de todo el país sonaron durante varios minutos, ininterrumpidamente, cuando la televisión transmitió la confirmación definitiva de la salida de los aviones. «Somos una nación bajo la protección de Dios», afirmó jubiloso el flamante presidente, al tiempo que declaraba la jornada de ayer como «día nacional de acción de gracias». Millones de cintas amarillas, símbolo de la esperanza, fueron colgadas en árboles, puertas y ventanas de los hogares norteamericanos. En los de los propios rehenes fueron descorchadas botellas de champaña, así como en el Departamento de Estado, donde funcionarios y periodistas habían seguido, minuto a minuto, el complicadísimo desarrollo de la crisis.

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