La guerra civil se extiende a más de la mitad del territorio salvadoreño

Viene de primera página

La comisión político-diplomática salvadoreña, que no ha querido llamarse, por el momento, Gobierno provisional, ha asumido la tarea de lograr el apoyo diplomático de los Gobiernos democráticos de Europa y América, con la mira puesta fundamentalmente en impedir la intervención directa de Estados Unidos en la guerra.

La comisión está integrada por Fabio Castillo, del Movimiento de Liberación Popular; Ana Guadalupe Martínez, del Ejército Revolucionario del Pueblo; Salvador Samalloa, del Frente Popular de Liberación Mario Aguiñada, del Partido comunista; José Rodríguez Ruiz, del Frente de Acción Popular Unificada; Rubén Ignacio Zamora, del Partido Demócrata Cristiano Popular, y Manuel Guillermo Ungo, del Movimiento Nacional Revolucionario.

La respuesta popular a la huelga general ha sido importante en la capital, aunque quizá no todo lo amplia que esperaba el propio FDR. Algunos portavoces han encontrado justificación en la premura de la convocatoria y en laimposibilidad de dedicar todo su esfuerzo a preparar la huelga política, una vez que ya ha empezado la guerra civil.

La asociación que agrupa a los industriales de autobuses urbanos anunció el mismo lunes su propósito de secundar la convocatoria de las fuerzas opositoras. No obstante, se calcula que la mitad de los transportes públicos funcionaron a primera hora de la mañana, aunque el incendio de varias unidades hizo que el paro del transporte se extendiera.

El seguimiento más efectivo del paro se produjo en el cinturón industrial de la capital, donde puede decirse que ninguna empresa funcionó con normalidad. Entre las fábricas cerradas meses atrás por lock out (cierre patronal) empresarial y las que tuvieron que hacerlo ayer por huelga de sus trabajadores, la actividad industrial de San Salvador se ha reducido prácticamente a cero.

Aunque se carece de datos exactos sobre la respuesta. del comercio a la huelga general política, algunas fuentes estiman que al menos la mitad de los establecimientos públicos amanecieron con sus puertas cerradas. Bastantes de los comercios que a primera hora no secundaron el paro decidieron hacerlo en el transcurso del día. En supermercados y tiendas de alimentación empiezan a plantearse ya algunos problemas de suministro, motivados fundamentalmente por el acaparamiento. Algunos observadores estiman que si la guerra dura más de un mes, el Gobierno va a tener serias dificultades para abastecer a la población.

En el sector del funcionariado público, la agrupación profesional, que suma unos 80.000 afiliados, apoya la huelga del FDR, aunque a mediodía de ayer se supo que sólo 10.000 empleados públicos no se habían presentado al trabajo.

Nuevos frentes

En torno a la situación del frente de guerra, el Gobierno continúa restando importancia a la ofensiva guerrillera, aunque sus comunicados son cada vez menos contundente, y ha tenido que reconocer que se encuentra con dificultades en los departamentos de Morazán, Chalatenango y Santa Ana.

Fuentes del FMLN aseguran que en la zona de Santa Ana consiguieron derribar el lunes un helicóptero de la fuerza aérea. Varios corresponsales extranjeros han manifestado, por su parte, que en el kilómetro 50 de la carretera panamericana vieron desaparecer otro helicóptero. En las últimas horas varios helicópteros han bombardeado zonas dominadas por la guerrilla, pero continúan sin aparecer los cazas franceses que tiene el Ejército.

El FMLN ha abierto esta semana tres nuevos frentes de combate, en Cuscatlán, Cabañas y La Unión. A los cuatro días de haberse iniciado la guerra abierta, tan sólo la franja del litoral pacífico permanece por ahora fuera del conflicto, aunque el Ejército Popular dificulta las comunicaciones por la costa abriendo grandes zanjas y cruzando coches en los caminos. El control de las carreteras puede resultar vital en un país tan pequeño como éste (21.000 kilómetros cuadrados), ya que ello permitiría al Ejército acudir rápidamente en apoyo de sus flancos más débiles. Hasta ahora las fuerzas armadas han tenido grandes dificultades para tomar contacto entre sí, ya que la red telefónica está cortada en numerosos puntos y las carreteras han sido dinamitadas o minadas por la guerrilla.

Una de estas minas se ha cobrado ya la vida del periodista surafricano lan Mates, de veintiocho años, que cubría el conflicto salvadoreño desde hace varios meses para Upi-Televisión. El coche en el que viajaba, cerca de Aguilares, cuarenta kilómetros al norte de la capital, pisó una de estas minas y saltó por los aires. Mates resultó gravísimamente herido al incrustársele una esquirla en el cráneo. Falleció a las 6.30 horas de ayer, pese a que había sido intervenido por un neurocirujano en San Salvador.

Los dos fotógrafos que le acompañaban, el norteamericano John Hoagland, de la revista Newsweek, y Susane Moirelas, de Time, quedaron levemente heridos. El cámara desaparecido filmó meses atrás el momento en que un guardia nacional disparaba a quemarropa contra un niño en la cabeza. Joagland, que puede perder un dedo de su mano izquierda, acompañaba al periodista mexicano Ignacio Ramírez cuando fue muerto de un disparo, el pasado verano.

Susane fue la periodista que a comienzos del pasado mes de diciembre descubrió los cadáveres de las cuatro monjas norteamericanas que ya habían sido enterradas sin identificación.