Los modernos jinetes
Con las navidades llegaron al campo miles de familias y, con cada una de ellas, su nene o nenes motoristas: ¡ya nos hemos caído!El bombardeo sonoro es permanente. Ya no se puede pasear, ni casi apetece, por lo que conocimos como hermosos prados y que hoy son desoladas pistas de entrenamiento. El arroyito, que serpeaba encantador entre la hierba, se ha convertido en un siniestro barrizal lleno de hoyos.
Pero si a nosotros, que buscamos la paz en la naturaleza, nos joroban estos modernos jinetes, ¿qué no será a quien vive de ella? Hace poco me decía una señora que los fines de semana no puede sacar las vacas a pastar porque se las asustan los motoristas.
¿No hay manera de controlar a estos animales? Pido que se inicie una campana en serio antes de que nos acaben comiendo./ .
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