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Pemex se ha convertido definitivamente en el principal accionista de Petronor

Desde ayer, la compañía estatal de petróleos mexicanos, Pemex cuenta con la participación accionarial más importante en el capital social de la refinería de Petróleos del Norte (Petronor), al formalizar la compra a Campsa de un paquete representativo del 19,29% de la refinería vasca. Este paquete, sumado al 15% que Pemex había adquirido a la Compañia Arrendataria del Monopolio de Petróleos española en el mes de julio de 1979, supone una presencia total en el capital de Petronor del 34,29%.

Con la firma de esta venta, por la que Campsa percibirá 47 millones de dólares (unos 3.530 millones de pesetas), se pone fin a unas polémicas negociaciones que se iniciaron con la transmisión del primer 15 % del capital de Petronor a Pemex, a mediados del mes de julio de 1979, y que han tenido casi tanto contenido político como económico.La intervención de las más altas instancias políticas españolas y mexicanas fue considerada como básica para la realización de la primera operación, a la que se mostraban francamente contrarios los técnicos de Pemex.

Tras aquella operación se abrió un «período de reflexión», cuyo plazo terminaba el 18 dejulio del pasado año y que, posteriormente, fue ampliado hasta el 18 de enero de 1981, durante el cual la compañía mexicana mantenía una opción de compra del 19,29% de las acciones de Petronor, que figuraban en la cartera de Campsa, procedentes de la compra que la compañía arrendataria del monopolio espafíol había hecho a la multinacional norteamericana Gulf Oil Corporation, cuando ésta, siguiendo el modelo que se impuso, comenzó a abandonar sus inversiones en las compañías de refino.

En principio, Campsa pretendió recuperar el precio que había pagado a la Gulf por su 34,2% de participación en Petronor, y que ascendió a unos 5.800 millones de pesetas. Respondiendo a estos planteamientos, se fijó el precio de venta del primer paquete de acciones -un 15%-, por el que Pemex pagó unos 2.300 millones de pesetas.

No obstante, con transcurso del tiempo se desató una polémica entre mexicanos y espafíoles, y que dio lugar a que se cumpliese el plazo de la opción de compra del 19,29% que ayer se firmó sin que se hubiese llegado a un acuerdo.

Según medios próximos a la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos, española, se señaló que la oper-ación no se había producido por haber variado los representantes de Pemex las condiciones económicas de su oferta. Las filtraciones y rumores que circularon el pasado verano apuntaban que, mientras Campsa pretendía p'ercibir por el segundo paquete de acciones 54 millones de dólares (unos 4.460 millones de pesetas), la compañía mexicana ofrecía 42.

Posición intermedia

No debían ir tan descaminados estos rumores cuando) el precio al que se ha llegado prácticamente se corresponde con el punto medio entre las dos posiciones, aunque también es cierto que se aproxima mucho a las cifras pactadas inicialmente.Estas diferencias económicas, que tanto para Campsa como para Pemex no pasaron de ahí, dieron lugar a diversas interpretaciones en Bilbao, donde se encuentra localizada la refinería de Petronor y su sede central.

En la capital vizcaína, una vez conocido que Pemex no ejercitaría su opción en el plazo previsto, comenzaron a circular especulaciones sobre las posibles causas del aplazamiento. Las razones que se barajaban iban desde el supuesto interés que tendría el grupo del Banco Central para adquirir esa participación para su división de crudos, que encabeza la Compañía Española de Petróleos, SA (CEPSA), y que estaría apoyada por Enrique Sendagorta, hombre importante en el Consejo de Administración del Banco de Vizcaya y presidente honorario de Petronor, en función de su calidad de fundador de la compañía, hasta el propio interés de Campsa por mantener una presencia mayorítaria en el capital de la empresa, de cara a que se suprima el monopolio con el ingreso español en las comunidades europeas.

En el actual momento, Petronor cuenta con un ambicioso proyecto de construcción de una planta de, conversión de crudos pesados en ligeros (FCC), que supondrá una inversión aproximada de unos 40.000 millones de pesetas. En esta inversión, Pemex participará en la parte que le corresponde por su 34,48-% de acciones, a la vez que aportará elementos de proyección, ingeniería e instalación a través del Instituto Mexicano del Petróleo.

La importancia de esta planta de FCC viene dada por el elevado valor añadido que permite obtener de los crudos pesados, poco estimados en los mercados internacionales, y de los que México cuenta con yacimientos.

La planta refinadora que tiene instalada Petronor en la salida de la ría de Bilbao cuenta con una capacidad de proceso de 240.000. barriles de crudo por día, a la que hay que sumar sus instalaciones portuarias en el superpuerto bilbaíno y una flota petrolera propia que desplaza un millón de toneladas de peso muerto, de reciente construcción.

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