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Múgica reprocha al Gobiemo falta de autoridad

La exculpación de toda responsabilidad en la crisis a los socialistas, la incidencia que sobre la institución militar tiene la falta de autoridad y de credibilidad del Gobierno, el reproche al comportamiento del presidente Suárez al explicar la reforma política a los tenientes generales y almirantes en septiembre de 1976, constituyen los puntos más destacados de la conferencia pronunciada ayer por Enrique Múgica en el "Club Siglo XXI.El diputado socialista por Guipúzcoa y miembro de la Comisión Ejecutiva del PSOE, habló sobre «política y Fuerzas Armadas» desde su conocida condición de protavoz de su partido en materias de defensa.

Su exposición tuvo un prólogo dedicado a repasar las dimensiones de la crisis económica y el encallamiento del proyecto autonómico, del que excluyó cualquier responsabilidad socialista, ya que estando en la oposición», dijo, «carecemos de útiles resolutivos».

Enrique Múgica describió las condiciones que deberían dárse para que el poder legítimamente constituido se viera obligado a llamar a sus ejércitos para mantener los derechos individuales y la seguridad del Estado. Hizo después una excursión constitucional por el artículo 116, que atiende a la proclamación del estado de sitio y a las garantías que deben rodearlo.

El diputado socialista criticó la manipulación que la ultraderecha intenta de las Fuerzas Armadas, y se amparó en Platón para decir que los soldados no usan las armas, conferidas por sus ccnciudadanos, para doblegar la voluntad de éstos, sino para defenderlos de cualquier asechanza con acatamiento a la voluntad general.

Enrique Múgica recIamó el apartidismo como una virtud en la milicia, y coincidió con un autor militar, Prudencio García, cuando afirmó que «el Ejército debe carecer de ambiciones políticas, pero está obligado a entender de política, encontrándose así capacitado para impedir por sí mismo todo intento de utilización bastarda de sus propios servicios».

Postuló una pedagogía militar razonable y cordial que ampare, junto a la enseñanza de las técnicas, una formación humanista en continuo reciclaje que libere tanto de tentaciones mitologizantes como de un automatismo en el comportamiento.

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El portavoz socialista para la Defensa criticó después, evitando la mención expresa, el «Análisis político del momento militar», publicado en El Alcázar el pasado 17 de diciembre bajo el seudónimo de «Almendros» por una personalidad castrense, que reclamaba «la urgencia de una solución correctora que permitaregenerar la situación».

Para el dirigente «socialista, los hombres de uniforme que ostentan comportamientos sectarios involucran la propia unidad del Ejército y transgreden las prescripciones de las Reales Ordenanzas. El conferenciante enfatizó su deseo de unas Fuerzas Armadas al margen de las, disputas partidistas, más compenetradas con la ciudadanía en afectos y que mantengan indefectible lealtad al Estado, señalándoles el ejemplo del general Baldomero Espartero.

Los analistas destacan la moderación del tonó, la falta de originalidad de las citas y la visible decisión de evitar referencias a temas polémicos en los que el partido socialista fijó su posición, como es el caso de la amnistía pendiente de completarse a los oficiales de la autodisuelta UMD, el servicio militar.

También mereció comentarios en los pasillos que el conferenciante no mencionara la subordinación que las Fuerzas Armadas deben al Gobierno, ni el papel jugado por el rey Juan Carlos como mando supremo de los Ejércitos. El hombre dedicado por los socialistas a las relaciones públicas con los militares ha podido pulsar recientemente su popularidad en estos medios con las respuestas al envío de un trabajo publicado con su firma.

En el coloquio posterior a la conferencia, Enrique Múgica se manifestó contrario a una «segunda lectura de la Constitución», que había sido sugerida por un asistente, al indicar que se podía incrementar el poder del Rey sobre las Fuerzas Armadas, en lugar del que ahora tiene el presidente del Gobierno.

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