Otra vez Kissinger
Este fin de semana marca el retorno del doctor Henry Kissinger al gran juego político internacional. Con un «viaje privado » que cuenta con todas las bendiciones del presidente electo USA, Ronald Reagan, Kissinger visitará Egipto, Israel, Arabia Saudí, Omán, Marruecos y probablemente Jordania, es decir, todos los aliados más o menos fiables de que pueden disponer en estos momentos los Estados Unidos en Oriente Medio y el mundo árabe.¿Por qué Kissinger? En primer lugar, y casi a modo de excusa oficial, porque el enviado del presidente Carter en Oriente Medio, Sol Linowitz, recomendó que fuese Kissinger quien le sucediera, por sus buenas conexiones personales con los líderes de la zona.
En segundo lugar, y para aproximarse más al trasfondo de las cosas, porque Henry Kissinger, en su época de secretario de Estado bajo Richard Nixon, fue el virtual arquitecto de la reconciliación egipcio-norteamericana y posteriormente el artífice del tratado de Camp David, por lo menos en las primeras etapas negociadoras. (.:..)
En suma, Henry Kissinger vuelve al tablero pólítico mundial como alfil de excepción, y tal vez su jugada de este fin de semana sea más importante de lo que puede preverse. Una maniobra con éxito que asegurase a los Estados Unidos un período de estabilidad en Oriente Medio y la colaboración de sus aliados de la zona sería un factor importante a la hora de establecer las coordenadas que determinarán la política mundial el próximo año. Un traspié en el movimiento que Washington parece haber iniciado sería la primera derrota exterior de la Administración Reagan, y además un deslucido retorno para el que fuera llamado «el Metternich de los años setenta».
27 de diciembre.
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