El Gobierno italiano ordena el cierre de la cárcel de Asinara
En la polémica cárcel de la isla Asinara, en Cerdeña, será cerrada «la sección especial» para terroristas o penal de «máxima seguridad». Así lo anunció ayer el Ministerio de Gracia y Justicia italiano después de una cumbre sorpresa del presidente del Consejo de Ministros, Arnaldo Forlani, con los ministros de Gracia y Justicia y del Interior. Se trata de la noticia política de. estas Navidades y que ha desencadenado una tormenta política entre los partidos, porque precisamente el día 23, en su cuarto comunicado, las Brigadas Rojas, que tienen prisionero desde hace quince días al magistrado Giovanni d'Urso, del Tribunal Supremo, habían lanzado un ultimátum: o el cierre de Asinara o la ejecución del magistrado.Los socialistas habían lanzado una primera propuesta explosiva el día de Navidad, en la que solicitaron cierre inmediato de la cárcel. Hay quien asegura que el secretario general socialista, Bettino Craxi, lo hizo movido por una carta que le había llegado del magistrado prisionero. La tesis de Craxi es que hacía ya dos años el Ministerio, por orden del Parlamento, había decretado el cierre. Con ello, según el dirigente socialista, al mismo tiempo, se evitaba otro «bárbaro crimen» por parte de las Brigadas Rojas. La petición socialista era perentoria.
La actitud de los socialistas creaba así un auténtico problema a los democristianos y republicanos, con quienes participan en el Gobierno, que ya se habían pronunciado en contra de cualquier tipo de negociaciones con las Brigadas Rojas como en tiempos del secuestro de Aldo Moro. Una ruptura significaba la inmediata caída del Gobierno y la inevitabilidad de unas elecciones anticipadas inmediatas, en un momento tan crítico para el país. Ante este temor, el presidente del Gobierno, Arnaldo Forlani, convocó, con carácter urgente, a los ministros de Gracia y Justicia y del Interior, y después de negociar con los republicanos, que estaban furiosos con los socialistas, se llegó al acuerdo de ordenar el cierre de la cárcel de Asinara «en tiempo muy breve», pero sbubrayando que la decisión no se tomaba como respuesta al chantaje de los terroristas, sino más bien porque «ya estaba en marcha la operación de cierre». Lo cierto es que hace dos años, una comisión del Parlamento formada por diputados de los distintos partidos, después de una visita a estas cárceles de «máxima seguridad» creadas por el general de carabineros Carlo Alberto dalla Chiesa, había pedido el cierre de tres de estas cárceles, porque no respondían a las condiciones exigidas por la nueva reforma penitenciaria. Dos de éstas fueron cerradas, no así la de Asinara.
El presidente del Gobierno, Arnaldo Forlani, respondiendo ayer en una conferencia de Prensa a periodistas italianos y extranjeros, afirmó que la decisión del Gobierno en la lucha contra el terrorismo no había cambiado, y que no se aceptaría ninguna negociación ni directa ni indirecta con las Brigadas Rojas e hizo todo lo posible para demostrar que la. decisión de cerrar la cárcel se debía sólo a una decisión tomada ya anteriormente al secuestro del magistrado.
Dijo también el presidente Forlani que está en marcha en, el país una «gigantesca operación económica y propagandística contra la Democracia Cristiana», que «ha asegurado durante más de treinta años la democracia y la libertad a Italia».
Pero los más críticos contra la decisión del cierre de la cárcel han sido los comunistas, quienes han declarado ayer en L'Unitá, órgano oficial del partido, que será imposible evitar que la opinión vea en el cierre de Asinara una concesión ante el chantaje de los terroristas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.