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Se investigan irregularidades y presuntas corruptelas en el Hospital Civil de Málaga

El conflicto surgido en el Hospital Civil de Málaga hace ya varios meses culminó esta semana con el expediente abierto a tres de los médicos más conocidos de la ciudad, jefes de departamento del mencionado hospital, por el presidente de la Diputación Provincial, el socialista Enrique Linde. Los doctores Gutiérrez Mata, Narbona Márquez y López Magaña recibieron, el pasado viernes, un escrito de la Diputación por medio del cual el presidente de la misma les comunicaba que habla decidido abrirles expediente disciplinario.

Los hechos imputados a los expedientados son: Insubordinación, al declararse en huelga ilegal y persistir en su actitud; negarse al sometimiento del control horario no firmando las correspondientes relaciones y no haber, cumplimentado los oficios de la dirección del hospital en relación con las anomalías creadas con la huelga.Los médicos del Hospital Civil de Málaga se declararon el pasado lunes en huelga -que la Diputación consideró ilegal-, en protesta por la sanción impuesta por la comisión de gobierno del organismo provincial al doctor Arribas, jefe del servicio de radiología, por presuntas irregularidades cometidas en la venta de placas estropeadas y en las utilizadas para la recuperación de plata.

Cuando la Diputación conoció la intención de los médicos de ir a la huelga, el presidente anunció que actuaría con todo rigor y que expedientaría a los huelguistas, empezando por los jefes de departamento; anuncio que se cumplió pocos días después con los expedientes abiertos a los doctores Gutiérrez Mata, Narbona Márquez y López Magaña.

La asamblea de médicos reunida el viernes, tras el conocimiento de estos expedientes, decidió iniciar una tregua en su actitud de paro y establecer negociaciones con la Diputación. En un comunicado facilitado tras su reunión, los médicos afirman que mantienen la descalificación de los procedimientos seguidos en los expedientes y que se sienten solidarios con los compañeros expedientados. Los médicos justifican su cambio de postura en la «preocupante gravedad de la nueva dimensión del problema y la posible radicalización de posturas por ambas partes».

El doctor Antonio Gutiérrez Mata, uno de los expedientados, ex alcalde de Málaga, presentó ayer una querella por las injurias que pudieran suponer las manifestaciones del vicepresidente de la Diputación, el socialista Salvador Domínguez, en torno al conflicto. El vicepresidente había declarado a la Prensa local que los médicos que participaron en la huelga «están, de alguna manera, solidarizándose con corruptelas existentes en el centro hospitalario». El doctor Gutiérrez Mata manifestó al respecto: «No puedo tolerar que en estos momentos de confusionismo, en los que se habla constantemente de corruptelas, unas reales y otras imaginarias, aparezca mi nombre mezclado con una supuesta solidaridad con acciones reprobables».

El actual conflicto del Hospital Civil de Málaga se inició hace ya varios meses, cuando la gerencia del centro elaboró unas ordenanzas para enfermos privados, con la Finalidad de abrir el hospital al malagueño medio. Las ordenanzas tenían un alto contenido socíal, ya que el enfermo no asegurado pagaba los servicios recibidos según su renta personal y el número de familiares. Estas ordenanzas se encontraron con la oposición de un grupo de médicos. Según el gerente del hospital, Francisco Jurdao, «esta oposición de algunos médicos estaba motivada en el hecho de que peligraban los honorarios que, por enfermos privados, venían cobrando».

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La segunda parte del conflicto surgió con ocasión de unos informes realizados también por la gerencia con el objeto de estudiar posibles irregularidades en las distintas áreas del hospital. Esta labor de investigación empezó por los honorarios médicos y siguió por las cocinas, servicio de rayos y otros. Actualmente se está realizando un informe sobre menaje y lavandería y próximamente se harán los correspondientes a farmacia y otras áreas. De los informes realizados y de las investigaciones en marcha se deduce, según declaraciones del gerente, Francisco Jurdao, la existencia de corruptelas, con cuantiosas pérdidas econámicas para la Diputación.

Los informes fueron elevados a los portavoces de los partidos políticos presentes en la Diputación -PSOE, UCD y PCA-, y la comisión de gobierno de la Diputación acordó, por unanimidad, expedientar con carácter preventivo al doctor Arribas de Rodrigo, jefe del servicio de radiología.

A la vista del informe sobre honorarios médicos, el gerente del hospital decidió suprimir el sistema de cobro a privados, «y, cosa curiosa», dice Francisco Jurdao, «el mismo día se anuncia una huelga de médicos en el hospital en solidaridad con el expedientado doctor Arribas.

Según el gerente del hospital, determinados médicos del centro han venido «privatizando» a los enfermos del Seguro, en especial los del servicio de ginecología. «Ocurre lo siguiente: la futura madre que pasa por la consulta del ginecólogo es enviada por éste al hospital a dar a luz, y al dársele el alta se le dice que tiene que abonar un importe que oscila, según los casos, entre 19.000 y 30.000 pesetas para el médico y su equipo, que son funcionarios. El sistema crea un doble efecto negativo, tanto para los propios enfermos como para la Diputación. A los enfermos se les obliga a pagar, cuando no deberían abonar nada por su condición de asegurados. Y la Diputación pierde 4.560 pesetas por enfermo y día, que es la cantidad que, según el concierto existente, debería cobrar a la Seguridad Social». Por estos conceptos, según Jurdao, la Diputación pierde entre trece y dieciséis millones de pesetas al año. «Y los ginecólogos mantienen una situación de doctor privilegiado, pues tienen a su alcance un negocio perfecto: una clínica privada con sustanciosos ingresos, pero sin costes». «Algo», concluye Jurdao con ironía, «que aún no se inventó en el sistema capitalista».

Irregularidades en el servicio de comidas

Las presuntas irregularidades no son menores en el área de cocina. Al estudiar este servicio, la gerencia del centro se encontró con la sorpresa de que los enfermos reciben en las salas los menús y unos extras especiales que difícilmente pueden llegar al enfermo, según Francisco Jurdao. «Los datos lo confirman: en el mes de mayo del presente año se retiraron para las salas como extras especiales 349 litros de aceite, 496 kilos de azúcar, 340 pollos, 150 filetes crudos, 5. 100 huevos, 1.196 kilos de pescado y un largo etcétera. Se da el caso pintoresco de que en una sala se retiró el día 26 de mayo como extras dos litros de aceite y ocho kilos de azúcar, y esa sala es una en la que precisamente abundan los diabéticos». Estos extras especiales suponen un importe anual de quince millones de pesetas.La situación del hospital es, para el gerente, inexplicable. En lavandería hay que estar reponiendo continuamente sábanas. «¿Cómo pueden perderse», se pregunta Jurdao, «tantas sábanas en un hospital? No hace mucho aparecieron rotos los candados del almacén de víveres, importantes cantidades de los cuales desaparecieron; a veces hay robos de drogas. Del departamento de urgencia desaparecieron hace poco el televisor y la máquina de escribir».

Una solución muy difícil

Si se le pregunta al gerente del hospital qué solución tiene este estado de cosas, responde que muy difícil. «Ya dije en mi informe a la Diputación que la organización e investigación en profundidad que proponía daría lugar a fuertes reacciones por parte de los distintos grupos de interés que viven al calor del desorden actual». Para Francisco Jurdao, esta situación del hospital provincial de Málaga es un reflejo de lo que ocurre en la sanidad española. «Es lastimoso que se estén despilfarrando miles de millones de pesetas de dinero público en un país tan pobre como es el nuestro. Todo esto es inconcebible. El malagueño ha de saber que de los 2.523 millones de pesetas del presu puesto global de la Diputación para 1979 se destinaron al hospital 1.507, o sea, aproximadamente el 59%. Y este año de 1980 este porcentaje se ha elevado».

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