Los puertos y costas de toda España se investigan a orillas del Manzanares
La profunda transformación tecnológica que el sector marítimo ha sufrido en los dos últimos lustros ha obligado al Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo a cambiar el viejo Laboratorio de Puertos por un moderno Centro de Estudios y Experimentación de Puertos y Costas, a orillas del Manzanares, que puede afrontar todos los problemas que el mar nos plantea.
Recientemente ha tenido lugar un encuentro científico entre los diferentes organismos que integran el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cdex), fundamentalmente el Laboratorio de Estructuras y Materiales, el Laboratorio de Carreteras y Geotecnia, el Centro de Puertos y Costas y el Centro de Estudios Hidrográficos.El Cdex es uno de los centros oficiales que investigan en España siguiendo tecnologías de vanguardia. Ante la variación continua de los problemas tecnológicos que se le plantean a España dentro del campo de las obras públicas, se hace imprescindible contar con una investigación puesta permanentemente al día.
El director del Centro de Puertos y Costas, Rafael del Moral, nos indicó las líneas maestras de la investigación que se siguen en el Centro: estudiar los problemas tecnológicos de los puertos de todo tipo que existen en nuestro país, especialmente los que se amplían (caso de Bilbao, Tarragona y Tenerife, por ejemplo), o los de nueva construcción (como los cada vez más numerosos puertos deportivos turísticos); analizar nuestras costas y la variación permanente que el mar imprime a sus formas; estudiar la contaminación marina en todas sus vertientes, y, finalmente, analizar la posibilidad de obtener nuevas fuentes energéticas del mar, como la energía maremotriz o la de las olas, por ejemplo.
El mar bajo techo
El Centro de Puertos y Costas ocupa actualmente, en las proximidades del madrileño río Manzanares, una superficie superior a la de un campo de fútbol con sus graderíos. Sólo la nave en la que se construyen maquetas de los grandes puertos, a escala reducida 125 veces, tiene unas dimensiones equivalentes al terreno de juego futbolístico: unos 115 metros por 70. Esta nave de ensayo cuenta con un tejado que se sustenta en la viga más larga de Eu ropa en su género. Los puertos de España de nueva construcción como el superpuerto de Bilbao, o que necesitan una importante ampliación, como el de Tarragona, son construidos a escala en la nave de ensayos, y en las maquetas obtenidas se estudian, mediante simulación de oleaje y temporales, todos los parámetros que posteriormente servirán para la adopción de la tecnología y la infraestructura definitivas.El Centro de Puertos y Costas está unido a los distintos medidores de parámetros físicos del mar de las zonas costeras de España mediante una red de detección y transmisión, de forma que en Madrid se dispone, por ejemplo, de toda clase de datos de oleaje, que están registrando en ese mismo instante las boyas y los sensores flotantes o costeros. Es así factible la simulación del oleaje real en las maquetas, mediante la correspondiente con versión de escala, lo que reduce al mínimo la posibilidad de error en los diseños y en los cálculos de las estructuras portuarias.
Mediante esta red de sensores que transmiten constantemente sus datos al centro en Madrid datos analizados posteriormente mediante ordenador, puede decirse que todos los puertos y costas de España son mejor conocidos y estudiados en la capital de España, a orillas del Manzanares, que en sus propios lugares de origen.
Exportar tecnología
Jaime Nadal, director general del Cdex e ingeniero, que fue muchos años director del Instituto Torroja y diseñó el trasvase Tajo-Segura, afirma: «España debe exportar tecnología en forma de servicios, y no bienes de equipo, como equivocadamente se intenta todavía hacer demasiado a menudo».Jaime Nadal señaló que el Cdex, además de proporcionar toda clase de informes tecnológicos y científicos a los organismos del Ministerio de Obras Públicas y a otros organismos privados y públicos, consigue, mediante la exportación de servicios, fundamentalmente a países hispanoamericanos y africanos, una rentabilización directa de su actividad; hasta tal punto es esto cierto que un organismo estrictamente investigador, como el Cdex, consigue autofinanciarse en un 30%, en términos estrictamente monetarios, sin contar con el capital prestigio que sus trabajos suponen para otros países y que capitalizan numerosas empresas españolas que trabajan en el extranjero. Nadal añadió que si España agilizase más los complicados trámites burocráticos que dificultan esta exportación de servicios podría obtenerse una rentabilización, directa e indirectamente, mucho más elevada de la actividad investigadora de los centros del Cdex, que en muchos aspectos son centros punteros en la investigación mundial sobre estos temas.
A juicio del director general del Cdex, la tecnología que se ofrece al extranjero es excelente, pero la estructura oficial, tanto financiera como administrativa, carece de la agilidad necesaria para ser en muchos casos competitivos con otros países, como Japón o Francia, que con tecnologías a veces menos vanguardistas obtienen mejores contratos en el mercado internacional.
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