La plaza Roja de Moscú será hoy escenario de un solemne homenaje póstumo a Alexei Kosiguin
Al mediodía de hoy, las autoridades y el pueblo soviéticos rendirán un solemne homenaje póstumo, en la Plaza Roja de Moscú, a Alexei Kosiguin, 76 años, el ex jefe de Gobierno fallecido el jueves a consecuencia de un fallo cardiaco. Sus restos incinerados quedarán depositados, en una urna, al pie del muro del Kremlin, donde reposan los más altos dirigentes del régimen.
Ayer, miles de ciudadanos soviéticos hicieron cola durante horas en las nevadas inmediaciones de la Casa del Ejército, para despedirse del dirigente soviético, cuyo cadáver estuvo expuesto desde las diez de la mañana en un catafalco ligeramente inclinado, ante el que estaban expuestas todas las condecoraciones recibidas por Kosiguin.A mediodía se interrumpió momentáneamente la entrada de público, a fin de dejar paso al presidente, León¡das Breznev, y a los miembros del buró político, quienespresentaron sus condolencias a los familiares del político fallecido. Asimismo, numerosos embajadores, de países occidentales (entre ellos los de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y la República Federal de Alemania) desfilaron ante el féretro.
Tras un silencio de 48 horas, la agencia oficial Tass publicó una elogiosa necrología con la firma, entre otros, de Breznev y de Nicola¡ Tijonov, sucesor de Kosiguin al frente del Gobierno soviético.
«Kosiguin consagró todos sus esfuerzos y todos sus conocimientos, su enorme experiencia como militante del partido y del Estado, a la gran causa de la edificación comunista», afirma el comentario de Tass. Se reconoce explícitamente su protagonismo en la política exterior de la Unión Soviética, «sirviendo fielmente a la patria y al pueblo».
El homenaje póstumo al ex presidente del Consejo de Ministros contrasta singularmente con la frialdad que envolvió su dimisión, el pasado 23 de octubre. Debido a su enfermedad, el anciano político solicitó retirarse de la vida pública, y en un principio los observadores pensaron que más bien se había tratado de un cese que de una dimisión, debido a los escasos elogios que entonces se le prodigaron.
Algunos comentaristas ven en el retraso del anuncio oficial de su muerte una muestra de que los dirigentes del Kremlin estaban divididos respecto al tratamiento póstumo que debería dársele a la figura del estadista fallecido.
No obstante, el hecho de que el homenaje de hoy se haga con todos los honores, parece confirmar que la figura de Kosiguin quedará situada en el más alto escalafón del régimen soviético.
Dos consideraciones han pesado también, según los observadores moscovitas, para que las honras fúnebres que se le tributen al ex jefe del Gobierno tengan igual altura que si su muerte hubiera acaecido con anterioridad a su retirada de la política activa: la estima que le dispensaba el pueblo soviético y el prestigio internacional alcanzado por el político soviético.
«Los soviéticos guardarán para siempre el noble regalo que representó Alexei Kosiguin, fiel hijo del partido comunista y del pueblo soviético, al entregar toda su vida a la gran causa de edificar el comunismo», añadían los comentarios de Tass.
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