Estreno de "Concierto para piano" de Roberto Gerhard
Todavía está por estrenar en Madrid buena parte de la obra de Roberto Gerhard, uno de los compositores españoles contemporáneos verdaderamente importante. Instalado en Inglaterra al final de nuestra contienda civil, murió en Cambridge hace casi diez años.El estreno madrileño del Concierto para piano y orquesta de cuerda, a treinta años vista de la primera mundial constituía, sin duda, el punto más interesante del último programa de la RTVE, dirigido por Pedro Pírfano.
La partitura, de excelente calidad y rica invención, como lo revela el segundo tiempo en forma de diferencias, es todavía resultado de la gran antinomia que supone Roberto Gerharil: haber sido discípulo de Felipe Pedrell y de Arnold Schönberg. Antinomia progresivamente resuelta por el compositor en una síntesis que parece imposible y que, sin embargo, se presenta real en páginas como la que comentamos, punto de encuentro de dos lejanos caminos: el regeneracionismo catalán y el expresionismo vienés.
Orquesta y Coro de R TVE
Director: P. Pírfano. Solistas: P. García Chornet, Elvira Padín, Teresa Valero, Carmen Sinovas, Juan Porras, Jesús Zazo, Jesús. Corral, Jesús Meliá, Miguel Dólera, José Morenoy Vicente Sempere. Obras de Brahms, R. Gerhard y Bach. Teatro Real 13 y 14 de diciembre.
Roberto Gerhard viene a demostrarnos que si fue posible, en Falla y sus seguidores, hacer música nacional sirviéndose de la técnica impresionista francesa, no lo es menos expresarse en nacional por vías de procedimientos schoenbergianos. Bien que los resultados, claro está, son diversos en uno y otro caso, pues que lo son los planteamientos ideológicos. El pianista valenciano Perfecto García Chornet, cuya hoja de servicios a la música de nuestro tiempo es muy valiosa, expuso el concierto gerhardiano con brillantez, pulcritud mecánica y exacto concepto, contando con la entusiasta colaboración de director e instrumentistas en pentagramas muy difíciles para todos.
Antes, Pírfano condujo con fuerte brío la Obertura trágica, de Brahins, y después el Magníficat, de Bach, en el que coro y orquesta de RTVE rindieron lo que se les pidió: a mi juicio, brillantez, potencia sonora, antes que detallismo o inquietud estilística. El cuadro de solistas nacionales que se indica en la cabecera de esta crónica, al que habría que añadir los protagonistas del continuo (Corostola, Tordesillas, Dólera y Robles), recibió, con el maestro y las agrupaciones radiotelevisivas, muchos aplausos.
Babelia
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