Firmado un contrato de cooperación entre la Unión Soviética y el grupo francés Rhône-Poulenc
La URSS firmó ayer en esta capital con el número uno de la química francesa el contrato le cooperación más importante concluido hasta la fecha por los soviéticos con una firma industrial del mundo occidental. El acuerdo, que se espaciará a lo largo de dos lustros, se valoró en 40.000 millones de francos (700.000 millones de pesetas). Por otra parte, finalizó sus trabajos la llamada Gran Cornisión Franco-Soviética, a lo largo de la cual se estudió el proyecto de venta por la URSS a ocho países europeos de 40.000 millones de metros cúbicos de gas. Francia recibiría 10.000 millones de metros cúbicos y los bancos de este país podrían concederle a la URSS un crédito de 15.000 millones de francos (250.000 millones de pesetas) para financiar un nuevo gasoducto.El viceministro soviético de Comercio Exterior, N. Suchkov, y el presidente del grupo Rhône-Poulenc, Jean Gandois, firmaron ayer el importante contrato de cooperación comercial y tecnológica. Esta firma gala ya mantenía relaciones económico-industriales con los soviéticos.
En 1976 habían firmado un contrato de 6.000 millones de francos (50.000 millones de pesetas) que ha vencido ahora. El nuevo acuerdo, acelera vertiginosamente los intercambios franco-soviéticos.
Rhône-Poulenc le venderá esencialmente a la URSS equipos industriales y le cederá licencias. La URSS le enviará a la firma francesa productos de base (amoníaco, metanol y petróleo). De momento, sobre el tema petrolífero, los firmantes no han expuesto los términos precisos del acuerdo, pero en los medios industriales parisienses se estimaba ayer que este sector de la cooperación URSS-Poullenc es sustancial.
El grupo francés, que atraviesa un momento delicado, se revigoriza al poder garantizar el mantenimiento del empleo y diversificar sus compras de materias primas.
Al acuerdo precitado se añade la conclusión de los trabajos de la Gran Comisión Franco-Soviética. Por primera vez, este año, la balanza comercial de los dos países es deficitaria para Francia, pero los responsables parisienses han manifestado su deseo de incrementar el comercio con la URSS. No sería improbable que la casa automovilística Citroën concluyera acuerdos con los soviéticos. Todo lo referido conduce a situar el clima político de crisis Este-Oeste en este marco económico-financiero de cooperación creciente, por parte de Francia al menos.
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