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Una gran parte de los establecimientos hosteleros de Madrid no ofrecen garantías para la salud pública

La situación sanitaria de los 12.000 establecimientos hosteleros madrileños no ofrece las garantías que cabría exigir, y representan un peligro para la salud pública, a la vista de una inspección puntual realizada por el Ayuntamiento en 3.453 locales, cuyos resultados, han llevado a la imposición de un plazo de siete meses para el acondicionamiento total de todos ellos, ya que, en caso contrario, se procederá a su clausura.

Juan Francisco Pla (PCE), concejal de Sanidad, informó ayer en conferencia de Prensa que los resultados de la inspección han denunciado que solamente 145 establecimientos se encuentran en una situación considerada como muy buena, en tanto que 1.678 son aceptables, regulares, 1.351, y deficientes, 279.Las causas más comunes de las deficiencias afectan a la limpieza del local, pintura, contenido de bacterias en el hielo, mal estado de los aperitivos, leche, vine), café, mermeladas, zumos y bollería.

En el punto referente a limpieza (en el que se engloban la pintura, deficiencias de servicio y falta de vitrinas) se han inspeccionado 1.345 locales, de los que un total de 638 presentaban condiciones inaceptables, al tener muchos de ellos los alimentos sobre el mostrador, expuestos a la suciedad y a las bacterias y virus procedentes de las toses de los clientes o la manipulación.

En el caso del hielo, el informe químico realizado por la Delegación de Sanidad, con 121 muestras, ha dado como resultado el que 85 no reunían las condiciones exigibles para ser consumidos. Las principales causas de ello han sido la presencia de amoníaco, materias orgánicas, presencia de detergentes y aluminio e impurezas macroscópicas. La explicación dada por la delegación a este hecho es que existe una notable falta de higiene entre el personal, en los locales y en los utensilios que se usan para el hielo.

El vino tampoco ofrece mayores garantías, ya que de un total de 187 muestras, 74 han resultado no aptas para su consumo. El resultado de las muestras asegura que ninguno de los vinos analizados contenía metanol en cifras superiores a las autorizadas, y que la presencia de colorantes artificiales y antifermentos no autorizados, además de errores en el grado alcohólico declarado, son características comunes de las muestras no aptas. En dos de los vinos analizados, los inspectores encontraron más de quince miligramos de malvina (con propiedades tóxicas) por litro.

Con los aperitivos, de doscientas muestras, 83 no eran comestibles. Los pinchos de carne y derivados, croquetas, ensaladillas y tortillas son los que presentan un mayor índice de contaminación, por contener un alto número de microorganismos aerobios. Un 2% de los aperitivos estudiados contenían stafilococus aereus.

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La leche que sirven en los establecimientos públicos carece también de las garantías exigibles. De 155 muestras de leche manipuladas, 116 no eran aptas para el consumo; mientras que de la no manipulada se han analizado 149, sin que resultara utilizable en 86 casos. Según informó el concejal, la leche manipulada no es recomendable para su uso porque pierde valor alimenticio.

El café que se sirve en los bares puede estar adulterado con demasiada frecuencia. De 239 muestras, noventa habían sido «enriquecidas» con sucedáneos, lo que constituye un fraude.

Con las mermeladas, un truco generalizado es el añadirle agua. Esto se ha comprobado en un 20% de los casos analizados. Lo mismo suele ocurrir con los zumos que se suelen vender -y, sobre todo, pagar- como naturales. En ninguno de los análisis se encontró zumo de fruta en estado puro, sino que, o bien contenían agua en cantidad o se trataba de bebidas refrescantes.

Los locales infractores pueden ser clausurados

A la vista de este resultado, Juan Francisco Pla, en unión de asociaciones del ramo de la hostelería, ha presentado un calendario por el que estas deficiencias deben ser subsanadas. Así, la utilización y acondicionamiento de vitrinas, hielo y alimentos debe hacerse de manera inmediata. La leche concentrada dejará de ser servida a partir del 1 de enero, los elementos de conservación y refrigeración, junto al acondicionamiento de servicios, contarán con un amplio plazo, qu e concluirá el día 18 de junio.

Por último, los representantes municipales anunciaron que el personal especializado de las juntas municipales de distrito será el encargado de controlar los establecimientos hosteleros. Aquellos bares cuyas condiciones higiénicas sean las deseables tendrán una pegatina en la puerta del local en la que se acreditará y recomendará su uso por parte del Ayuntamiento.

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