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El presidente del Gobierno, en Euskadi

Clima de distensión en las entrevistas de Suárez de ayer en el País Vasco

En un clima más distendido por parte de las autoridades autónomas y de regresión en la contestación peneuvista, se desarrolló ayer el segundo día de estancia de Adolfo Suárez en el País Vasco, que tuvo un marcado contenido político. A última hora del día, la organización ETA Militar interfirió la segunda edición del Telediario de RTVE en la zona de Guipúzcoa para leer un extenso comunicado de la organización relativo a la visita de Suárez. La imagen se mantuvo sin interferencias, y en el momento en que apareció el presidente en pantalla la voz se interrumpió y comenzó a oírse el comunicado de ETA.Adolfo Suárez mantuvo contactos con todas las fuerzas parlamentarias vascas, excepción hecha de Herri Batasuna, centrales sindicales mayoritarias y las ejecutivas provinciales y regional de UCD del País Vasco. A pesar de que la reunión con la UCD alavesa concluyó de madrugada, Adolfo Suárez, algo mejorado de la afonía que le aqueja desde su llegada al País Vasco, recibió, hacia las nueve de la mañana, en Los Olivos, residencia de Marcelino Oreja, a Juan José Pujana, presidente del Parlamento Vasco.

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La marcha de las negociaciones en torno a la creación de la policía autónoma y a los conciertos económicos y la situación de crisis económica y de violencia que se registra hoy en Euskadi fueron los temas centrales de toda una serie de contactos -de media hora de duración aproximadamente- que durante la mañana mantuvo el presidente con partidos vascos.

De la normalización política de Euskadi habló Adolfo Suárez con los dirigentes de Euskadiko Ezkerra Juan María Bandrés y Mario Onaindía. «Le hemos expresado muy claramente al presidente», declaró el primero, «que la difícil normalización de este país pasa por muchas cosas, pero, entre, ellas, muy especialmente, por la salida de los presos políticos vascos de las cárceles».

Mario Onaindía señaló que el presidente Suárez desconocía, al igual que muchas personas, entre ellas Garaikoetxea, el contenido de una resolución sobre la normalización política de Euskadi aprobada por el Parlamento vasco el pasado 18 de julio.

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Suárez contacto con todos los partidos, a excepción de HB

Viene de primera páginaTodos los partidos que ayer mantuvieron en Vitoria contactos con Adolfo Suárez estaban fundamentalmente interesados en conocer por boca de aquél el estado de las negociaciones de la policía autónoma y los conciertos económicos.

Txiki Benegas, secretario general del PSOE de Euskadi, le insistió ayer a Adolfo Suárez en su idea de que UCD no ha actuado con acierto en el tema vasco, en los últimos años, y le recordó cómo en más de una ocasión en 1978 le había tratado de convencer de la importancia que tenía el resolver los temas de policía autónoma y conciertos económicos cuanto antes.

Tras sus entrevistas con Adolfo Suárez, todas las fuerzas parlamentarias vascas, excepción hecha de Euskadiko Ezkerra, criticaron duramente la contestación nacionalista al viaje de Adolfo Suárez, canalizada a través de los ayuntamientos, calificándola de «chantaje».

Interés por la crisis económica

Los aspectos relacionados con la crisis económica y su específica influencia en Euskadi, donde la tasa de desempleo se sitúa ya tres puntos por encima de la media nacional, han sido objeto de particular interés por parte del presidente Suárez, durante su estancia en Euskadi, tras los contactos que el martes mantuvo con las Cámaras de Comercio y las patronales vascas. Adolfo Suárez habló también del tema con los partidos políticos y, para completar la visión de conjunto, se entrevistó en la tarde y noche de ayer, en Bilbao y San Sebastián, con CC OO, UGT y ELA-STV, centrales sindicales mayoritarias en Euskadi.

Tomás Tueros, secretario general de CC OO de Euskadi, aseguró, al concluir su entrevista con Adolfo Suárez, que éste se había mostrado completamente identificado con la necesidad de fortalecer la presencia de las partes -centrales y patronales- para «asentar la democracia en su flanco laboral»

Finalizados los contactos políticos mantenidos durante toda la semana en Vitoria, el presidente de Gobierno se desplazó, al filo del mediodía, a Bilbao, donde le esperaba un impresionante dispositivo policial.

Ya en la noche del martes, siete militantes del Movimiento Comunista de Euskadi (EMK) habían sido detenidos cuando colocaban carteles en los que, bajo un grabado caricaturesco que representaba a Suárez orinando sobre el árbol de Guernica, podía leerse: «Suárez, kampora» («Suárez, fuera») y, «Suárez, llena el Estatuto».

La Prensa de la mañana informaba de la existencia de un llamamiento del PNV a concentrarse ante el palacio de la Diputación de Vizcaya, donde estaba prevista una comida ofrecida por dicha institución al presidente. Aunque los mismos periódicos informaban en sus secciones de última hora que la convocatoria había sido anulada -lo que constituía acaso el dato más revelador de la jornada-, la policía hubo de realizar una carga con porras para dispersar a grupos poco numerosos de personas que, de todas formas, se habían concentrado en el lugar y gritaron palabras de «¡Fuera!», mezcladas con silbidos, cuando Suárez abandonaba el palacio de la Diputación.

En contraste con este clima general en la calle de Bilbao, diversos indicios parecían revelar la existencia de una cierta distensión en las relaciones entre las autoridades autónomas y el PNV y los interlocutores de Madrid.

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