La visita del Rey a Malabo abre una nueva etapa en la cooperación España-Guinea
Los Reyes de España, Juan Carlos y Sofía, concluyen hoy en Guinea Ecuatorial su tercer viaje oficial por el Africa negra y regresarán esta noche a Madrid al término de una gira de cinco días destinada a reforzar las relaciones políticas y económicas de España con Camerún y Gabón y, sobre todo, a afianzar la presencia hispana en la antigua colonia guineana.
La escala que los Monarcas realizarán hoy en Malabo será tan sólo de seis horas de duración, a pesar de que la capital guineana constituye el objetivo último de este viaje. Los Reyes vuelven a pisar tierra guineana exactamente un año después de su primera visita oficial a estas latitudes, que permitió la puesta en marcha de una magna, desorganizada cooperación. España ha invertido en esta operación cerca de 5.000 millones de pesetas y para 1981 se prevé una cifra que no ha de distar demasiado de ésta y que, en todo caso, superará los 2.000 millones de pesetas en ayudas directas, más las subvenciones de los cooperantes.El mal mayor de esta desorganización está, sin duda, en la diversificación de su gestión en la Península y en el caos y en la corrupción imperante en Malabo, sobre todo por culpa de la dejadez y desconcierto del presidente Teodoro y por la ambición y los porcentajes propios que parece embolsarse el vicepresidente Florencio Maye. La descoordinación en Madrid partió del palacio de la Moncloa, donde el presidente Suárez otorgó la cuestión guineana a uno de sus asesores, Alberto Recarte, que ahora abandona el staff del presidente para ocupar un cargo en las cajas de ahorro.
El hecho de que Recarte controlara el tema de toda la cooperación con Guinea Ecuatorial dejaba al Ministerio de Asuntos Exteriores, en gran parte, al margen de la iniciativa en la zona. Ahora, Exteriores espera controlar el tema y no sólo la cooperación- sino también la gestión política y diplomática que ostentaba sobre el terreno otro hombre del presidente Suárez, el embajador de España en Guinea, José Luis Graullera.
La gestión de Graullera
La gestión de Graullera en Guinea es harto discutida. Parece ser cierto que ha trabajado duro, pero se le critica la falta de eficacia. El embajador abandonará el puesto a primeros de año (tras el congreso de UCD) y su cese coincide con la partida de Recarte y con la salida de todos los diplomáticos y asesores especiales que le acompañaron en su año de gestión. Parece que ahora será un diplomático de carrera el nuevo embajador.Otra incógnita a despejar es la de quién coordinará en Madrid la cooperación. El ministro Pérez-Llorca quiere aprovechar el tirón guineano para sacar adelante la ley de cooperación que redactara su predecesor Marcelino Oreja. Ello le permitiría contar con un subsecretario de cooperación que algunos creen que sería un técnico comercial del Estado y otros incluso el propio Graullera.
Petróleo, uranio y magnesio
Guinea Ecuatorial, al igual que sus vecinos, tiene petróleo, uranio, magnesio y madera, entre otras cosas. Francia, único país que permaneció con puesto diplomático en Guinea durante la época de Macías, explotó a tope las riquezas de esta nación y se situó bien para desguazarla en cuanto fuera posible. Francia, con la ayuda del presidente Bongo, de Gabón, logró que Macías firmara la entrega de las islas del Gran y Pequeño Obei, con sus correspondientes plataformas y fuentes de petróleo. Asimismo, el presidente Bongo, a las órtenes de París, consiguió, el pasado año, hacer firmara Teodoro Obiang una ratificación de los acuerdos anteriores, en medio de una fiesta nocturna «donde no faltó de nada» y cuyos resultados niega ahora Obiang ante la indignación de Madrid.Gestos como el de la fiesta de Bongo no están aislados. El presidente Teodoro se dejó embaucar por Francia para asistir a la cumbre franco-africana del presidente Giscard d'Estaing, convirtiendo a Guinea Ecuatorial en una ex colonia de Francia. Y todo ello en viajes subvencionados y pagados por España, a bordo de un DC-8 de la Fuerza Aérea, que ya hizo más de veinte viajes por estas latitudes a cargo del Estado. Además, Marruecos también está en liza, el otro «aliado» exterior de España que supo, con rapidez y por indicación de Bongo y París, situar sus soldados en la guardia de Teodoro.
Operación León
Los males de esta operación surgieron del complejo de culpabilidad de España ante esta ex colonia y de los problemas que ya tenía Madrid en la OUA con Canarias, el Sahara y Ceuta y Melilla a la vista. En el momento del golpe de Teodoro -agosto de 1979- España iba a asistir a la cumbre de los no alineados de La Habana, y no quiso que nadie le reprochara el golpe militar, si salía mal, o la injerencia exterior. Surgieron dudas por todas partes y el resultado fue que España no obtuvo el control militar de información, que lo copó Marruecos, a pesar de que nuestro país que estuvo en la iniciativa y sostuvo el golpe.Se recuerda ahora, a diecisiete meses vista del golpe, cómo semanas antes fueron recibidos en Madrid emisarios de Teodoro; cómo España conoció con antelación el golpe que se llamó Operación León; cómo Madrid avisó con tiempo a la Embajada de Estados Unidos.
Nueva cooperación
En ese momento, el Gobierno Suárez actuó con más complejos que decisiones, y de ahí la desorganización de hoy, complicada con la diversidad de gestión. El viaje de los Monarcas a Malabo constituye, por tanto, una prueba más de la buena voluntad hispana. El Rey informará a Teodoro Obiang del resultado de su gira por Camerún y Gabón y de las posibilidades de mejorar las relaciones de Guinea Ecuatorial con estos países, en algunos casos partiendo de operaciones triangulares como las propuestas por Camerún. El paso del Rey por Malabo en el día de hoy puede abrir, por segunda vez, la esperanza de una cooperación organizada y nueva, una vez que se renueve todo el equipo que coordinó hasta ahora las iniciativas. Es por ello que los Monarcas, que ayer concluyeron en Franceville su visita a Gabón, son esperados con interés en la capital guineana.
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