Desacuerdo entre los distintos países productores de textiles
La producción textil mundial sigue en aumento, pese a que no se divisan horizontes para un incremento de las exportaciones, sino, por el contrario, síntomas y medidas restrictivas a la importación del producto. Esto hace que las negociaciones en el seno del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) avancen a paso de tortuga.
El comité textil del GATT terminó ayer una reunión de tres días, cuyo único resultado concreto ha sido el de volver a reunirse el próximo año para ver la posibilidad de renovar, modificando, el Acuerdo Multifibras, que termina el 31 de diciembre de 1981.El incremento de las exportaciones textiles de Estados Unidos a los países de la CEE y la reducción de las importaciones textiles de Estados Unidos a los países de la CEE, con la reducción de las importaciones textiles provenientes de países del Tercer Mundo hacia la CEE, sitúan las negociaciones en un plano de notoria esterilidad.
El grupo de países industrializados considera que el acuerdo textil vigente, con algunas modificaciones que se hicieron hace dos años, funciona «correctamente», mientras el «grupo de los 77», o países tercermundistas, denuncia que en los hechos las exportaciones de los países en desarrollo han sido ampliamente bloqueadas.
Un informe del GATT señala que en 1980 la CEE batió todos los récords de producción textil desde 1975, mientras que el portavoz del «grupo de los 77» reclama el desmantelamiento de las medidas restrictivas a las importaciones. Al margen del problema del desempleo de la industria textil a nivel mundial, los países tercermundistas insisten en denunciar el tratamiento preferencial de la CEE a las exportaciones provenientes de Estados Unidos.
España estudia la reconversión del sector
El sector textil español mantiene en la actualidad conversaciones intermitentes con la Administración para proceder a la elaboración de un plan de reestructuración sectorial. Los empresarios españoles, en general, se consideran afectados por los mismos problemas que los países comunitarios, pero añaden a las causas de crisis la ofensiva de mercado iniciado por los miembros de la CEE hacia el consumo español y la falta de competitividad en los costes internos de producción.
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