Gran Bretaña intenta frenar las exportaciones de coches españoles

El ministro británico de Comercio, John Nott, llegará el próximo domingo, día 14, a Madrid para estudiar con su colega español la problemática situación de las exportaciones españolas de automóviles a Gran Bretaña, según ha podido saber EL PAIS en fuentes próximas al Gobierno español. En un momento de grave crisis del sector en el Reino Unido, la elevada cifra de automóviles españoles que se venden en Gran Bretaña -sobre todo, Ford Fiesta-, en comparación con la casi ridícula de coches británicos en el mercado español, ha provocado fuertes críticas por parte de los fabricantes británicos.

Los británicos se quejan de que, mientras los automóviles que ellos fabrican llegan al mercado español en cantidades que no superan el millar de unidades anuales, el mercado de aquel país recibe todos los años cien veces más. Ese enorme desfase disgusta aún más en un momento como el actual, en el que la industria del automóvil británica atraviesa una situación casi desesperada.Las primeras quejas del Gobierno inglés con respecto a esta situación se plantearon, hace poco más de un mes, en el Consejo de Ministros de la Comunidad Económica Europea. Entonces, el representante británico elevó una protesta por las exportaciones de automóviles españoles a toda Europa, sin tener una justa correspondencia en el mercado español. En éste, debido a las fortísimas imposiciones aduaneras, sólo se vende anualmente una cifra equivalente a la décima parte de los vehículos exportados -el mercado español de coches de importación no supera las 30.000 unidades, mientras que España exporta alrededor de 300.000-, situación de manifiesta desigualdad que, a juicio del Gobierno británico, no debería admitirse de ninguna manera.

Ahora, según ha podido confirmar EL PAIS, la queja británica va a hacerse directamente en Madrid, en la visita que, a tal efecto, realizara el ministro de Comercio, John Nott, del 14 al 16 de este mes.

El problema que planteara John Nott es aún más grave debido a la grave situación de la industria del automóvil española, que ha logrado salvar parcialmente la crisis, precisamente gracias a la exportación. Si el mercado británico ahora, y más tarde el del resto de los países del Mercado Común, se cierran a los automóviles españoles, los fabricantes de este país perderan de golpe la mitad de sus ventas lo que les situaría al borde del caos.

Situación de dependencia

De cualquier forma, estas medidas recesivas por parte de los Gobiernos de estos países podrían ser tomadas, directamente, por las empresas madres de las multinacionales radicadas en España, que también atraviesan por situaciones difíciles en sus países de origen y que siempre preferirán asegurar la producción en estos a base de exportar los vehículos desde allí y no desde sus filiales españolas.