Consternación de Adolfo Suárez

«La trágica muerte del presidente del Gobierno portugués me ha provocado uno de los impactos más profundos de cuantos he sufrido, tanto "en el terreno personal como en el político», declaró anoche Adolfo Suárez al conocer la noticia.El presidente del Gobierno español añadió: «Sa Carneiro era un amigo con el que he compartido ilusiones y proyectos. Nuestras concepciones políticas tenían multitud de semejanzas y de puntos en común. Yo deseo que, superando los momentos de dolor incontenible, el pueblo portugués pueda proseguir el camino de consolidación democrática, a pesar de la muerte de uno de los hombres que más han colaborado en forjar un Portugal democrático y libre».

«En nombre del Gobierno español y en el mío propio transmito mi más profunda y sincera condolencia al Gobierno y al pueblo hermano de Portugal», concluye la nota que facilitó a medianoche la Secretaría de Estado para la Información.

Con anterioridad, el ministro de Asuntos Exteriores, Pérez-Llorca, había declarado al conocer la muerte de Sa Carneiro que el político desaparecido había dado a España numerosas pruebas de amistad y que en él «había puesto el pueblo portugués sus mejores esperanzas de desarrollo y progreso».

Desde Panamá, donde se encuentra en conversaciones con Omar Torrijos, el líder socialista español Felipe González ha manifestado que Sa Carneiro se había revelado como un gran político: «Aunque nunca me he identificado con su política, he de reconocer que dentro de una concepción democrática supo conseguir una mayoría popular. El secretario general del PSOE reiteró su distanciamiento político con el líder portugués, «lo cual no excluye la admiración personal hacia su sentido democrático».

El Departamento de Estado norteamericano acogió con estupor la muerte del primer ministro portugués. Un portavoz del departamento se limitó a señalar que la noticia «constituye una desagradable sorpresa».

Los políticos españoles preguntados anoche por la repercusión en Portugal del fallecimiento opinan mayoritariamente que la desaparición de Sa Carneiro se produce en un momento crítico para Portugal y que no se ve quién pueda sustituirle al frente del bloque conservador.