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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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Calvo Serer

A Calvo Serer lo conocemos las gentes de mi generación por su magisterio: el magisterio del plagio. En los tontos y lluviosos cincuenta (siempre cantando bajo la lluvia, sin la marcha de Gene Kelley), la revista Indice le desmontaba a don Rafael Calvo Serer un plagio fastuoso . Ahora se plagia así mismo.Antifranquista de última hora y globbe/trotter de las platajuntas democrático /parisienses, aún le vi una vez en casa de Ramón Tamames (qué limpia y útil conferencia la de Ramón en el XXI, al día siguiente de la ripiosidad mental plazaorientalista), y nadie le hacla caso, iba y venía por los salones como un fantasiria en vacaciones, que hubiera dicho Cela, y así sigue por la vida madrileña, frecuentando los amplios salones de la nada, hablando del futuro Madrid/Domingo que va a sacar y faltandoaclase. Porque lo más hermoso,es que falta o ha fallado mucho a clase, a su cátedra, que tiene encomendada a un adjunto. Dentro del general- mogollón de la universidad española, lo de Calvo Serer es ya el caso límite de la irresponsabilidad académica y el enfollonamiento burocrático. Cuando la autoridad universitaria le sugirió al opusdeizado y errático profesor que se pasase alguna vez por la cátedra, así corno de refilón,siquiera para que: los alumnos pudieran sumarle visualmente a su iconografía de catedráticos incleseados, que no es corta, Calvo Serer se sometió a disciplina y cumplió horario, contándoles a los chicos sus encuentros políticos en Hamburgo y otras notas de andar y ver, con lo quie despobló las aulas.

-¿Y por qué se niega tan marcialmente a explicar su asignatura?

-Porque la ignora.

Como solución cómoda y noctívaga, Calvo Serer ha decidido dejar la mañana al adjunto de siempre, que ya tiene un público (hacerse un público en la cátedra es tan difícil como h acérselo en los cuarenta principales de Radio Madrid), pasando él a las ocho y media de la tarde, cuando el alumnado somnoliento, trabajador y tardío va al pupitre a dormitar. Ahora que Luis González-Seara, el nuevo -rector de la Complutense (elecciones a primeros de diciembre), Bustelo o el que sea, van a desbloquear un poco la burocracia docente, la docencia burocrática, Rafael Calvo Serer me interesa como espectro menor del espectro general de un profesorado que practica el absentismo en amplias zonas, el pasotismo y hasta el paro rural, porque suelen quedarse en su parcela podando el sauce, que es la época. Pero la cabeza del pensador no para, naturalmente, y Calvo Serer, que siempre ha montado sus sistemas sobre contradicciones internas y síntesis caprichosas, anda insta-. lado estos días, por fin, en la verdad absoluta, inmanente y marchosa:

-¿Y cuál. es esa, verdad, maestro?

-El materialismo cristiano.

Es probable que pronto tengamos en,las «rebajas teológicas de otoño», como dice Díez-Alegría, un libro fundamental sobre el materialismo cristiano, que no, se entiende bien qué cosa sea, pero que puede reforzar el pensamiento, tan poco pensativo, de la «nueva d.ere-cha española», esa que hasta ahora no ha encontrado mejor marketing para vender sus ejercicios de redacción (que no se venden) que agredir/halagar a Francisco Umbral, procurando chupar rueda, chupar cámara, robar imagen- me parece que supervaloran el hipermercado literario que es uno: admito que citarme a mí es una cosa que vende, pero de verdad que nunca he salvado ninguna economía literaria ni periodística, excepto la mía propia, naturalmente. Calvo Serer, materialista cristiano, antifranquista del Opus, es pura contradicción, como la rosa de Rilke, sólo que a él, por lo poco que le veo, le veo más bien vestido de crisantemo marengo y cátedra despoblada. Así anda la universidad: «suntuosa y llena de vacíos».

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