Cada madrileño pagará 10.600 pesetas al año de impuestos municipales

El aumento de la presión fiscal del Ayuntamiento (cada madrileño tendrá que pagar alrededor de las 10.600 pesetas por año), situado entre un 5% y un 20%, supuso ayer un arduo enfrentamiento entre el equipo de gobierno y la oposición durante el pleno ordinario en el que se presentó a aprobación. UCD considera que no hay razón para efectuar la subida de algunas de las tasas municipales. La aprobación del inicio de los trabajos para la revisión del Plan General de Ordenación Urbana y la exposición de la postura del equipo de gobierno municipal en el conflicto de los bomberos, completó la atención de la sesión.

Joaquín Leguina, socialista, concejal de Hacienda, presentó al pleno el aumento de los impuestos municipales, con una larga y árida explicación, con la que pretendía convencer a todos los concejales de que la subida de las tasas es mínima, por cuanto hay que considerar la pérdida del valor adquisitivo del dinero y que muchos de estos impuestos llevan varios años sin ser modificados. Leguina manejó los datos de que cada madrileño (de un censo de 3.750.000 habitantes) paga una media anual de 10.600 pesetas -cantidad que no le parece alta-, y que todo este dinero supone el 70% de los fondos de las arcas del Ayuntamiento, mientras que el resto es producto de las transferencias económicas del Estado al municipio de Madrid, cantidad ésta última que, según asegura Leguina, ha disminuido en un 7%.

"Mejor trato a los ayuntamientos de izquierda"

José María Alvarez del Manzano, portavoz de UCD, contestó a la exposición de Leguina calificándola de «buena», en cuanto a que conocía muy bien la estadística, pero discrepó en lo referente a la disminución de las transferencias económicas del Estado, porque «nunca ningún Gobierno ha ayudado tanto a un Ayuntamiento, y se está tratando ahora mucho mejor a los ayuntamientos de izquierda que a los de UCD». Alvarez del Manzano añadió que, en general, su partido daba un voto de confianza a la reforma fiscal del municipio, pero que en el caso concreto de tres ordenanzas tendrían que votar en contra si no se realizaban algunas modificaciones. Estas ordenanzas son las relativas a tasas sobre publicidad, recogida de basuras y valores catastrales.Ramón Tamames, portavoz comunista, contestó que se estaba hablando de aumento de la presión fiscal sin el menor fundamento, porque «más importante que eso es ver cómo se reparte la carga fiscal y los servicios que se van a ofrecer con ese dinero. UCD se olvida también de que había 200.000 contribuyentes que no pagaban sus impuestos y que ahora van a hacerlo», y acabó refiriéndose a las llamadas bolsas de fraude, formadas por todas aquellas personas que tributan de manera insuficiente.

Salarios de los funcionarios

La respuesta centrista corrió a cargo del concejal Javalois, quien aseguró que lo que más le preocupaba no era el aumento de los impuestos, sino la administración de los fondos municipales. En tono despectivo aseguró que se podría hablar de una subida más alta, siempre que hubiera garantía de una administración correcta, pero que este no era el caso.A partir de este momento, las restantes intervenciones no consiguieron aportar mayor claridad al tema. Alonso Puerta, portavoz socialista, alabó la presentación del tema hecha por el concejal de Hacienda, Joaquín Leguina, y dijo que las pegas puestas por los concejales centristas no se habían dirigido a la propuesta de la modificación de los impuestos municipales. «Son unas medidas necesarias y que pueden ser impopulares, pese a que se van a poder conseguir mejores servicios ciudadanos».

Joaquín Leguina volvió a tomar la palabra para advertir que el 50% de los ingresos de estos impuestos se destina a pagar a los 17.000 funcionarios municipales, por lo que poca cosa se puede hacer con el resto del presupuesto.

Fue el alcalde, Enrique Tierno, el encargado de poner punto final a las numerosas y largas intervenciones que se sucedieron, al pedir una votación sobre los puntos en los que el grupo de UCD no estaba de acuerdo.

En función de su necesidad

Como ya publicó este periódico (véase EL PAIS de 22 de noviembre), el incremento de los impuestos municipales supondrá un ingreso de 1.100 millones de pesetas más en las arcas del Ayuntamiento. En esta cantidad no se incluye el dinero procedente del impuesto de radicación, pese a que será una de las fuentes más sustanciosas.Tal como explicó el concejal de Hacienda durante la sesión plenaria de ayer, la tasa de recogida de basuras aumentará en un 12% (372 millones en total, puesto que se trata de una tasa que pagan todos los madrileños); por obras en la vía pública se pagará un 15% más (dieciséis millones), y por publicidad, el 20%. En general, entre las distintas tasas que pueden afectar a los habitantes de esta ciudad, el aumento de la presión fiscal está en función de su necesidad. Es decir, que las relativas a gastos suntuarios, obras o publicidad, tienen un aumento mayor que los servicios obligatorios, tales como la recogida de basuras.