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"Jordania mantiene contactos con círculos israelies sobre los acuerdos de Camp David"

Abdel Halim Jaddam, 48 años, ministro sirio de Asuntos Exteriores desde 1970 y hombre de confianza del presidente Assad, ha declarado a EL PAIS que Jordania colabora con Estados Unidos y ciertos círculos israelíes -en una clara alusión a la oposición laborista- para encontrar una salida al conflicto de Oriente Próximo, en detrimento de la Organización para la Liberación de Palestina.

En la primera entrevista concedida después de la firma del tratado de amistad y cooperacion entre Moscú y Damasco, Halim Jaddam achacó el deterioro de las relaciones entre Jordania y Siria al cambio de política jordano y al respaldo brindado por el rey Hussein a la rebelión «reaccionaria» en Siria.Pregunta. El relanzamiento de la llamada opción jordana -consistente en traspasar a Jordania la administración de los territorios ocupados por Israel- y el supuesto respaldo jordano a la rebelión en Siria, ¿son las principales causas que han incitado a Damasco a no participar en la cumbre árabe de Aminan?

Respuesta. No cabe duda de que Jordania, que mantiene contactos especiales con algunos países de fuera de la región y con algunos círculos israelíes, buscaba en la cumbre de Amman el aval árabe para tratar de sacar los acuerdos de Camp David del punto muerto en que se encuentran. Y, a la vez, desempeña en este proceso un papel protagonista en detrimento de la OLP. En Amman Jordania ha conseguido convencer a algunos países árabes de adentrarse por este camino, pero la ausencia de los principales protagonistas árabes de la confrontación -Siria, la OLP y Líbano- ha hecho fracasar la maniobra del rey Hussein. La OLP es el único representante legítimo de los palestinos y ningún país tiene derecho a hablar en su nombre.

Nosotros pedimos el aplazamiento de la conferencia porque no creemos que se pueda elaborar una estrategia eficaz contra Israel mientras el mundo árabe esté tan dividido. Y no sólo pienso en la complicidad de Jordania e Irak con la rebelión interna siria, sino también en la tensión entre Irak y Libia, entre Arabia Saudita y Libia, entre Argelia y Marruecos y entre los países de la península arábiga.

P. ¿Qué similitudes hay entre el tratado de amistad y cooperación soviético-sirio y los firmados anteriormente por la URSS con Irak? ¿Cuál es el alcance del tratado?

R. El tratado que firmamos en Moscú ha sido publicado y quien lo desee puede compararlo con los demás. Se trata de un tratado de amistad y cooperación que refuerza la causa árabe ante el proceso de Camp David patrocinado por Estados Unidos, país omnipresente en la región a través de sus bases y de Israel. Es absurdo suponer que el respaldo soviético no es necesario. Es indispensable para contrarrestar la influencia norteamericana. Kuznetsov (sucesor de Kosiguin) se desplazará en breve a Damasco para ratificarlo. Cabe precisar, en contra de lo que afirmó cierta Prensa británica, que el tratado no contiene cláusulas secretas.

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P. La Prensa occidental e Irak han asegurado que se trataba de un tratado de defensa para poder hacer frente a los problemas internos de Siria.

R. No es un tratado de defensa, porque somos un país no alineado y queremos seguir siéndolo. Pretender que con él nos aseguramos contra los problemas internos es a la vez tonto y absurdo y no merece la pena contestarlo. No forma parte de nuestra política recurrir a la ayuda externa para resolver cuestiones de índole Interna. Los que han afirmado esto saben perfectamente que Siria la superado con éxito la ola terrorista fomentada desde el exterior.

P. ¿Cree usted que la nueva Administración del presidente electo Ronald Reagan puede enrarecer más el ambiente en Oriente Próximo?

R. No se debe juzgar a la nueva Administración norteamericana en base a su campaña electoral. Esperamos que el equipo Reagan, una vez en la Casa Blanca, no actúe en función de sus declaraciones anteriores.

P. ¿Están ustedes desarrollando acciones diplomáticas para impedir que el Parlamento israelí decida, eventualmente, anexionar el Golán?

R. Mantenemos intensos contactos diplomáticos y, en su momento, denunciamos el hecho ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. La anexión, si llega a producirse, será una prueba suplementaria del carácter agresivo y expansionista de Israel.

P. ¿Qué curso espera Siria de la guerra entre Irak e Irán y en qué forma este desenlace va a afectar a ambos regímenes y las relaciones de Damasco con Bagdad y Teherán?

R. Esta guerra es lamentable, los perdedores son los pueblos de la región. En cambio, el imperialismo y, concretamente, Israel han resultado beneficiados. Antes creíamos en la unidad con Irak y habíamos dado ciertos pasos en este sentido. Pero Saddam Hussein la hizo fracasar. Después, el coronel Gadafi tomó, en nombre de Libia, la iniciativa de proponernos la unión. Nosotros acogimos su gesto con gran satisfacción. Para nosotros no hay nada más noble que la unidad de dos pueblos árabes.

P. Tras la visita del presidente Suárez a Damasco, ¿cuál es el estado de las relaciones entre España y Siria?

R. Siria y el mundo árabe en general otorgan una gran importancia a la cooperación con el Estado español, ya que creemos que hay muchos factores que nos unen. Por eso tratamos de profundizar nuestras relaciones en todos los terrenos. La visita del presidente Suárez fue un paso significativo en este sentido.

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