Mimetismo

Un matrimonio inglés medio: ella es una transexual; él, un invertido; entre los dos matan los amantes que ella recolecta y guardan sus trofeos en una vitrina. Todo entre té y niebla. Pero llega un joven español también medio: vive de las mujeres, se equivoca en sus juicios psicológicos, tiene su propia moral. Y todo cambia en la pareja. Todo entre té y niebla. Con este tejidillo Víctor Fernández Antuña ha escrito y estrenado su primera comedia. Habrá que esperar otras, si tiene ocasión de ello, para hacerse una idea más favorable de sus posibilidades. Habrá que esperar que se dé cuenta de que una comedia necesita más riqueza, más invención, y no escenas de relleno.Los actores actúan, sobre todo, con el mimetismo propio del texto. Ya se sabe lo que dan de sí los actores españoles usuales cuando tratan de imitar la elegancia británica; el tonillo de sus frases y el arqueo de sus cejas, el rictus con que dicen frases supuestamente humorísticas. Caen en ello Yolanda Farr y Pastor Serrador, mientras Manolo Otero lleva el mimetismo al arquetipo del vividorcillo español. El director, Víctor Andrés Catena, no ha sacado más partido de ellos ni de la obra.