Exposición del pintor mexicano Felguérez en el Museo Español de Arte Contemporáneo
El Museo Español de Arte Contemporáneo, en colaboración con el Instituto Nacional de Bellas Artes de México, inauguró ayer una muestra pictórica de Manuel Felguérez. Es la primera, vez que este artista, una de las figuras claves del arte mexicano contemporáneo, presenta su obra plástica en España. Y lo hace con una serie de cuadros titulada La superficie imaginaria.
Manuel Felguérez (1928) practica un arte que aquí llamamos constructivista y que en México recibe el nombre de geometrismo. La exposición ahora presente en Madrid fue «preparada especialmente para este fin, por lo que tuve que prescindir de obras escultóricas que habrían planteado problema de traslado. Consta de treinta cuadros de formato medio, que obedecen al momento actual de mi creación. En ellos se utiliza la tecnología, para obtener, mediante una computadora, una base de formas simples; pero hago un empleo de lo matérico sumamente tradicional. Ese juego dialéctico entre un esquema tecnológico y un desarrollo apasionadamente personal da como fruto lo que yo denominaría geometría sensible».El narrador y crítico de arte Juan García Ponce declara con rotunda pertinencia: «Manuel Felguérez ha utilizado en esta exposición sus descubrimientos formales más recientes para poner en ellos sus obsesiones más antiguas. El diálogo entre la materia y el espíritu, dije, hablando de la obra de Felguérez hace bastante tiempo. Ahora los últimos cuadros vuelven a mostramos que ese diálogo no tiene fin.
Ni regreso ni nuevo principio: permanencia de una obra, en la cual la imaginación conseguirá mostrarnos siempre el carácter cambiante e inagotable de toda superficie».
Diálogo cultural
El artista concede bastante importancia al hecho de exponer aquí: «Para mí es importante la confrontación con el arte español. Debido a los cuarenta años de ausencia de relaciones entre México y España, allí ha habido últimamente una gran efervescencia de arte español. Han expuesto Miró, Saura, Guinovart, Ráfols Casamada, Farreras y otros muchos. Mientras tanto, el arte mexicano sigue sin conocerse en España. De ahí mi agrado por contribuir al anhelado diálogo mediante mi muestra actual».Dicha muestra no recoge la valiosa aportación de Felguérez al terreno de la escultura. Discípulo de Zadkine, fue inicialmente escultor. Luego se ha mantenido en la fértil ambigüedad, realizando tanto pintura como escultura. Famosos murales suyos se encuentran en la ciudad de México: «Allí tenemos una idea muy distinta de la española respecto al muralismo tal vez a causa. de la labor de los grandes muralistas históricos. Aquí se habla del mural como de algo puramente decorativo». En realidad, Felguérez apuesta por un tipo de trabajo donde lo escultórico y lo pictórico convivan.
Junto a Vicente Rojo, Fernando García Ponce, José Luis Cuevas y algunos mas, Felguérez forma parte de una generación que representó algo semejante a lo que El Paso en España. Más que afinidades artísticas entre sus componentes, había el deseo aunador de rebelarse «contra un grupo muy cerrado y dictatorial, sin por ello caer por nuestra parte en la nociva pretensión de crear otro grupo». Estos cadores conectan con los mayores -Tamayo, Mérida, Gerzso, Goeritz- y hallan prolongación en otros más jóvenes, como Toledo. Esa mezcla explica «la buena calidad de la pintura mexicana contemporánea. Ahora bien, nos sentimos aislados. En Estados Unidos siguen queriendo una pintura mexicana que sea folklórica, que tenga aspecto primitivo. Como nosotros n.o jugamos en ese sentido, la discriminación brota al instante. Y el silencio norteamericano explica que tampoco tengamos acceso fácil a Europa. Pero en México hay mucha ebullición artística y un buen panorama plástico».Felguérez, pese a todo, es conocido en Europa, máxime tras obtener el Ciran Premio de Honor en la XII Bienal de Sao Paulo.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.