Toque de atención en España
El aniversario de la muerte de Franco se celebró el domingo, según el rito inmutable de la plaza de Oriente: muchedumbre inmensa, el brazo en alto del saludo fascista, milicianos de camisa azul y boina roja, banderas falangistas, discursos inflamados atacando a la vez la droga, el aborto, el liberalismo, el comunismo, el terrorismo, la pornografía, el divorcio (... ).Estas afirmaciones, el eco que suscitan en una España desencantada y la amplitud de la manifestación del domingo, que ha agrupado a 250.000 personas, según la policía, y a 800.000, según los organizadores, tienen que inquietar. La izquierda no reúne desde hace, tiempo muchedumbres tan considerables y prefiere no intentar la experiencia. El Gobierno resulta manifiestamente impotente para yugular el terrorismo de ETA y mejorar la situación económica. Los partidarios de la derecha autoritaria, que no han sufrido más que fracasos desde la desaparición del caudillo, levantan la cabeza y se creen impelidos por un amplio movimiento de opinión. El más hábil entre ellos, Manuel Fraga Iribarne, se permite declarar públicamente que la «aplicación de la solución turca parece inévitable».
Esta solución turca consistiría en un golpe de Estado que derribaría al Gobierno Suárez y neutralizaría de una forma u otra el Parlamento, pero se abstendría de tocar al Rey y a la mayoría de las conquistas democráticas.
Varias veces, sobre todo en noviembre de 1978, complós militares han sido desmontados más o menos discretamente. ¿Está madura España para un golpe de Estado?
Numerosos indicios parecen dudarlo. La manifestación del domingo no ha reunido más gente que el año pasado. (.. .)
La única incógnita es el Ejército, del que se habla periódicamente de su malestar, pero cuyos mandos, constituidos por oficiales de rango medio y subalterno, no están dispuestos a la aventura.
España no está al borde de la guerra civil. El principal responsable del clima deletéreo actual, dentro del cual la manifestación del domingo adquiere una resonancia inquietante, es paradójicamente el que, con el Rey, ha contribuído al restablecimiento de la democracia: Adolfo Suárez. No es sano que el mismo hombre que ha logrado llevar por buen camino el desmantelamiento de la dictadura, pero que ha fracasado ante el terrorismo y la crisis económica, se perpetúe en la jefatura del Gobierno.
25 de noviembre
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