Punto muerto en la crisis de los rehenes
Existen muy pocas esperanzas de que la liberación de los 52 rehenes norteamericanos secuestrados en Irán desde hace más de un año se vea resuelta antes de la entrada en funciones de la Administración Reagan, señalaron ayer aquí medios cercanos a la delegación argelina encargada de mediar entre las dos partes.Los embajadores de Argelia en Washington y Teherán, Reda Malek y Abdelkrim Gharraieb y el presidente del Banco Central argelino, Mohamed Mostefai, regresaron aquí el domingo con la respuesta de las autoridades iraníes al mensaje que la Administración Carter hizo llegar a los iraníes a través de Argelia.
Este mensaje, comunicado en Argel por el secretario de Estado adjunto, Warren Christopher, indicaba que dos de las condiciones del Parlamento iraní para la liberación de los rehenes: la devolución de la fortuna del sha y la anulación de los procesos judiciales contra Irán no podían ser cumplidos por Washington debido a la existencia de complejidades técnicas y jurídicas para llevarlas a cabo.
Posteriormente, tanto Irán como Estados Unidos admitieron que el Gobierno norteamericano «había aceptado el principio de las condiciones puestas por la parte iraní». Pero Irán ha solicitado que EE UU responda por un sí o por un no a las propuestas del Majlis (Parlamento).
En la capital iraní, el influyente ayatollah Jaljali señaló ayer que no creía que los 52 reheres pudieran ser liberados antes de fines de enero, cuando tome posesión el presidente electo republicano, Ronald Reagan.
El ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger, que jugará un papel importante en la próxima administración, advirtió ayer a Irán que sería mejor que solucione el tema de los rehenes antes de la llegada de Reagan a la Casa Blanca.
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