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Felipe González aboga por una España de las autonomías basada en la solidaridad

«Tenemos el Gobierno que nos merecemos, porque UCD ha sacado más votos que nosotros», afirmó Felipe González, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), durante su intervención en un mitín de apoyo al candidato socialista al Senado por Sevilla en las elecciones del 27 de noviembre. En el acto participó también el presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo.González sorprendió a los asistentes a partir de la frase anteriormente citada, dedicando la mayor parte de su discurso, de tres cuartos de hora de duración, a reflexionar en voz alta sobre los problemas de la democracia en España y la crisis actual.

Realmente el discurso del secretario general del PSOE no tuvo apenas contenido electoralista y sí se mantuvo en una línea integradora y nacional, muy semejante a sus planteamientos durante el debate parlamentario de la cuestión de confianza, en septiembre pasado. «Yo no hago chovinismo de ninguna clase y podéis estar seguros de que voy a poner el mismo empeno en conseguir la autonomía de Extremadura, el País Valenciano o Canarias que la de Andalucía», señaló.

En el mismo sentido, aseguró que la España de las autonomías tiene que seguir siendo España y basarse en la solidaridad entre todas las regiones y no en la pugna de ellas por sacar la mejor tajada, tirando cada una por su cuenta: «Los andaluces no tenemos que medirnos con los catalanes y esforzarnos en ser y tener lo mismo que ellos. Hemos de ser sencillamente como los andaluces y luchar por nuestra dignidad».

Desmoralización social

La crítica al Gobierno se realizó, en esta ocasión, a base de cargas en profundidad contra la desinoralización social que va cundiendo en nuestro país y la insensibilidad de UCD ante la existencia de 800.000 jóvenes que se encuentran sin puesto de trabajo y a los que no se les puede exigir que se sientan integrados en la sociedad y abandonen tentaciones ¡legítimas de todo tipo. Todo ello siempre desde una perspectiva nacional, «porque el paro tiene los mismos nombres y apellidos en Andalucía que en Extremadura».

Felipe González, que se declaró sorprendido de que tanta gente -alrededor de 3.000 personas asistieron al acto- tuviese todavía fe en el cambio, se negó a hacer promesas de ninguna clase sobre la actuación de un futuro Gobierno del PSOE («no sé sí lo vamos a hacer mejor; pero es imposible que lo hagamos peor que esta gente») y sólo se comprometió a no perder una costumbre si algún día encabeza el Gobierno: «Decir siempre la puñetera verdad al pueblo».

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