La Fundación Pastor de Estudios Clásicos cumple veinticinco años
La Fundación Pastor de Estudios Clásicos celebra hoy, con la publicación de un folleto sobre su historia, los veinticinco años de su creación. Según su presidente, Manuel Fernández-Galiano, catedrático de Lengua y Literatura Griegas de la Universidad Autónoma de Madrid, esta conmemoración puede significar el inicio de una nueva etapa si se cumplen las expectativas de que el Estado contribuya en parte al sostenimiento y al desarrollo de este tipo de instituciones privadas.
El criterio fundacional de esta entidad fue el de fomentar y cultivar el estudio de los clásicos en nuestro país. A esa ambición, dice ahora Fernández-Galiano, «no se le ha querido dar un sentido demasiado técnico, sino más bien humanista. Esta es una fundación de humanidades». Para concretar este propósito, la Fundación Pastor publica cada año una colección de cuadernos que, conjuntamente con las conmemoraciones de hechos importantes en el mundo clásico, forman el núcleo principal de la actividad de la institución.Entre los actos que programa la Fundación Pastor para el futuro inmediato están las conmemoraciones del cuarto centenario de la muerte de Camoens y la del milenario de Virgilio.
En el patronato de la Fundación, en el que figuran, además de Fernández-Gallano, Pedro Laín Entralgo, que es vicepresidente, Julián Marías, Luis Díez del Corral y Emilio García Gómez, están el agregado cultural francés, el inglés y el embajador de Grecia. El interés que esta fundación despierta en el extranjero y su propia vocación de estudio de lo que se ha hecho en otros países se refleja en su nómina de conferenciantes de sus 168 ponentes en sus veinticinco años de historia, 61 han sido profesores extranjeros.
Coincidiendo con la clausura del ciclo de conferencias programadas con motivo del veinticinco aniversario de la fundación, Domingo García-Sabell, presidente de la Real Academia Gallega, pronunció anoche una conferencia sobre la dimensión clásica de la ciencia actual. En ella, García-Sabell señaló que «se está practicando un positivismo en la indagación científica que va más allá de la doctrina para convertirse en un estilo profundo de pensar y actuar». La ciencia indaga mediante preguntas a la Naturaleza. «Se forma un diálogo de difícil coherencia porque a las inquisiones, por ejemplo, de los físicos, la Naturaleza da respuestas nada racionales. Por eso los métodos indagadores tienen que variar su contenido y además respetar otros caminos que ya no son los puramente positivos». Es ahí donde, según García-Sabell, debe entrar en escena «el lenguaje poético y el mítico». Un lenguaje que arranca de los filósofos griegos, «hoy en plena vigencia, al que cumple añadir vocablos y expresiones nonatas en cuyo descubrimiento deben colaborar, con los sabios de la ciencia positiva, los humanistas del mundo clásico».
Babelia
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