Salvar la Conferencia
Mientras hay vida, hay esperanza. No lo ha dicho exactamente así el presidente Suárez en su discurso ante la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa. Pero que el fracaso ronda a este magno certamen europeo se deduce fácilmente de sus palabras, dirigidas a los delegados y representantes de los 35 países signatarios del Acta Final de Heisinki. La distensión y el desarme europeos están en juego en la Conferencia de Madrid, porque sólo la cooperación puede llevar a la seguridad.El presidente del Gobierno español ha sido oportuno y realista al presentar a nuestro país como uno de los signatarios del Acta de Helsinki que más cambios políticos y estructurales ha experimentado desde 1974. Lo cual no ha impedido que haya sido, al mismo tiempo, uno de los más escrupulosos cumplidores de los principios que el Acta de Helsinki consagró entonces. Ningún título mejor que éste para hacer un llamamiento al diálogo, como única via posible para un nuevo concepto de distensión, «aceptable para todos y que nos permita alejarnos del fantasma de una nueva etapa de guerra fría», peligro cierto hoy, de funestas consecuencias mañana.
Consciente de la responsabilidad de nuestro país, como anfitrión de la conferencia, Adolfo Suárez ha tratado de levantar los decaídos ánimos de los delegados, insistiendo en que la tensión es superable, y que debe ser superada bajando las espadas de la intransigencia y de las posturas fijas, que sitúan a este certamen paneuropeo en un callejón sin salida, cuando la meta es forjar los fundamentos de una paz duradera en el continente.
13 de noviembre
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