Esculturas en el Retiro

Leo en EL PAÍS una información suscrita por las siglas F. G., y dirigidas hacia la organización del Primer Certamen de Escultura al Aire Libre, convocado por la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, y bajo el título de Esculturas a su suerte. Como en breve espacio acoge una serie de inexactitudes, me veo, una vez más, en la obligación de puntualizar:1. Indica F. G. que una «treintena de esculturas han sido ábandonadas a su suerte en el inhóspito recinto del antiguo zoológico». Las obras están dignamente colocadas sobre pedestales, las que lo requieren, y distribuidas con sensibilidad manifiesta y con gran pulcritud en los jardines de la antigua Casa de Fieras, uno de los rincones más bellos y atractivos de nuestro Retiro. Además la muestra está permanentemente guardada por un retén de la Policía Municipal. Luego ni abandonadas ni mucho menos en inhóspito recinto, el cual, para mayor aclaración, fue escogido por los participantes.

2. Dice el señor F. G. que «nada ni nadie da cuenta de esas obras», cuando en los accesos al Retiro y en el umbral del certamen hay colocados sendos letreros, de tres metros de longitud, que indican con llamativos colores del objeto de la exposición.

3. Alega la inexistencia de catálogos al alcance deI público, y en este punto, el único en que atina parcialmente, tengo que precisar que en la inauguración, a la que no asistió EL PAÍS estando invitado, se repartieron trescientos ejemplares entre los asistentes. Como se advirtió la citada ausencia, dos días después se envió un ejemplar a la sección cultural de ese periódico, la cual, al parecer, no lo ha recibido. No obstante, pongo en su conocimiento que nuestra imprenta municipal concluyó el viernes, día 7, los 1.700 catálogos restantes, indicándosele en dicho día que el lunes fueran trasladados al lugar de la exposición para su distribución gratuita entre el público.

No nos desalienta el que una nueva iniciativa cultural del Ayuntamiento, llevada a cabo con gran esfuerzo y escasos medios, sea descalificada de manera absoluta y prepotente, precisamente y exclusivamente por ese diario. Aceptamos con todo interés las críticas que nos permitirán perfeccionar la segunda edición de este certamen, pero nos duele que sea EL PAÍS el único diario madrileño que, de forma injustificada y sesgada, confunde la necesaria labor de la crítica con la condena total a una muestra que, a juicio de propios y extraños, ha sido una feliz iniciativa cultural de la actual Corporación madrileña./ concejal de la Delegación de Cultura (Ayuntamiento de Madrid).