A pesar de la gravedad

de su caso, el actor Steve McQueen, que padece una peculiar e incurable forma de cáncer pulmonar, ha abandonado el hospital mexicano donde era tratado con éxito y se ha instalado de nuevo en su rancho de Santa Paula (California, Estados Unidos). El lugar en el que habita el actor está vigilado y se prohíbe tajantemente el acceso a toda persona que tenga intención de ver al enfermo.Las interpretaciones que se han dado sobre el abandono por parte de McQueen del centro sanitario en el que se hallaba recluido son diversas. Los optimistas creen que el actor se siente mejor de lo que creían sus médicos y que puede proseguir en casa su tratamiento. Los pesimistas opinan que el estado del enfermo ha empeorado repentinamente y que, ante la ausencia de esperanzas, prefiere pasar sus últimos días en la tierra que ama y que posee.

En un documento impresionante que ofreció cuando se supo que estaba gravemente enfermo, Steve McQueen dijo, hace más de un mes, que deploraba hallarse en un país amigo que,-en definitiva, no era su patria. En Estados Unidos no se admite el tratamiento que recibía McQueen en México, por lo que tuvo que emigrar. El doctor Rodrigo Rodríguez, director del hospital donde se hallaba el actor, informó hace una semana que su paciente ha prolongado su vida más allá de las previsiones hechas por los médicos de Hollywood.