Marcelo Caetano fue enterrado ayer en Río de Janeiro
La muerte de Marcelo Caetano (74 años), último primer ministro del Estado Novo, que fundara en 1928 Antonio Oliveira Salazar, desplazó ayer de las primeras páginas de la Prensa portuguesa las especulaciones en torno a los problemas internos del partido socialista.Caetano falleció el domingo en Río de Janeiro, víctima de un paro cardiaco, y su cuerpo fue inhumado ayer en el cementerio brasileño de San Juan Bautista. El general Ramalho Eanes, presidente de la República, ofreció infructuosamente sus servicios a la familia de Caetano para facilitar el traslado de sus restos a Portugal. Pero, al parecer por voluntad expresa del finado, el entierro se celebró en Brasil.
Eanes expresé, su pésame personal a través de un hermano del fallecido, Miguel Alves Caetano, que actualmente forma parte de la comisión de apoyo a su candidatura presidencial.
La mayoría de los diarios pcrtugueses recogieron ampliamente la noticia de la muerte de Caetano, pero sin incidir en juicios críticos, limitándose a relatar en tono neutral la carrera política y universitaria del ex primer ministro.
El diario de Lisboa Portugal-Hoje, que dirige el socialista João Gomes, es el único que califica a Caetano de dictador, afirmando que su muerte cierra definitivamente el ciclo de la historia portuguesa abierto con el golpe del 28 de mayo de 1928.
En el extremo opuesto, el ultraconservador O Día, bajo un título a cinco columnas, elogia abiertamente al «ilustre profesor, que trajo un aire puro y renovado» a la vida nacional.
Caetano residía en Río de Janeiro desde el 20 de mayo de 1974, veintiséis días después del golpe que trajo la revolución de los claveles.
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