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ELECCIONES EE UU 80

El tema de los rehenes norteamericanos "calienta" la campaña electoral

La posible liberación de los 52 norteamericanos detenidos en Teherán desde el pasado 4 de noviembre centra el interés público de los estadounidenses. Sobre todo por la polémica abierta que surge en torno a los rehenes entre los principales candidatos a la elección presidencial del martes 4 de noviembre.

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El equipo electoral del republicano Ronald Reagan, «filtró» a la Prensa que anunciaría «una bomba electoral» durante la última quincena de octubre. Se trataba, al parecer, de proponer unas bases de discusión a los iraníes que hubiesen permitido, a espaldas de la Administración Carter, una posible liberación de los rehenes.«Los planes secretos de Reagan para liberar a los rehenes son como los que presentó electoralmente Richard Nixon en 1968 para acabar con la guerra del Vietnam», ridiculizó el presidente demócrata Jimmy Carter, continuando su táctica de críticas severas, personales y directas contra el ex gobernador de California y aspirante a la presidencia de EE UU.

El «independiente» John Anderson censuró a Carter por dramatizar y explotar electoralmente el asunto de los rehenes. La Casa Blanca, por medio de su portavoz Jody Powell, intentó moderar el debate, sin dar pie a falsas esperanzas, sobre la posible liberación de los rehenes, el próximo domingo.

En cualquier caso, el tema de los rehenes «calienta» una campaña electoral ya muy viva de por sí, por lo disputado e imprevisible del resultado final. Es evidente que una liberación de los rehenes antes del 4 de noviembre -fecha que coincidirá con el aniversario del asalto de la Embajada de EE UU en Teherán- sería un hecho que favorecería al actual presidente, Jimmy Carter.

"Falsa imagen de Reagan"

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En el cuartel general electoral del tándem Reagan-Bush, en Arlington, a pocas millas de la Casa Blanca, en Washington, no «dramatizan» sobre el último sondeo del NYT-CBS, que sitúa a los dos candidatos emparejados. Confían en él que la victoria para Reagan está próxima, sobre todo si logra dar una buena imagen en el decisivo debate televisado que, el próximo martes, día 28, enfrentará a Reagan y Carter, durante hora y media, en la ciudad de Cleveland (Ohio).«Hay muchas imagenes falsas, sobre la personalidad de Reagan», declara a EL PAIS Fred Flott, uno de los responsables de la campaña electoral para la elección del equipo republicano Reagan-Bush.

«Reagan no es ni conservador ni reaccionario», dice Flott, recordando los orígenes modestos de Reagan, su papel de líder sindical entre los actores y su sensibilidad por el drama del desempleo.

«También es falsa la imagen belicista de Reagan», añade Flott. Señala que lo que pretende Reagan es garantizar la seguridad de Estados Unidos y restablecer la confianza de los países aliados con éste.

Para los hombres del equipo electoral Reagan-Bush la mejor prueba de la validez de Reagan como futuro presidente es el saldo positivo que arrojó su gestión de ocho años como gobernador del Estado de California.

El propio Reagan lo recuerda constantemente en su campaña electoral, sobre todo para justificar la viabilidad de su plan económico -punto en el que los sondeos le dan ventaja sobre Carter-, centrado en una reducción progresiva del 30% de los impuestos en tres años, a fin de reactivar la economía.

Las clases desfavorecidas no pagarán «los platos rotos» del aumento que supondrá para el gasto federal modernizar el Ejército de Estados Unidos. «Los trabajadores demostrarán en quién confían el próximo 4 de noviembre».. «Los líderes negros apoyan a Reagan, decepcionados de las promesas de Carter». «Una Administración republicana confirmará su tradición de eficacia». Son frases repetidas en el cuartel general de Reagan.

Uno de los factores más importantes de la posible victoria de Ronald Reagan, de ganar el martes 4 de noviembre, habrá sido su excelente imagen popular, transmitida a todos los hogares norteamericanos a través de la televisión. Nada extraño, por otra parte, para un ex actor de Hollywood.

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