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La tragedia del colegio de Ortuella

Butano admite la existencia de "instalaciones irregulares" en Ortuella

La empresa Butano, SA, facilitó ayer una nota en la que admite la existencia de «algunas instalaciones en situación irregular» en el grupo escolar de Ortuella. Este comunicado no precisa las causas de la explosión, al igual que el Gobierno Civil de Vizcaya, cuya nota únicamente menciona como causa de la catástrofe «un probable escape en la instalación de gas de la cocina». El gobierno civil hace referencia a los trabajos de reparación que en esos momentos se hacían, sin relacionarlos directamente con la explosión.

La nota de Butano atribuye la causa de la catástrofe a una explosión de propano, y añade que, «no obstante, los exámenes que se han realizado durante toda la jornada de hoy permiten afirmar, desde luego, que no hizo explosión ninguna de las instalaciones fijas de propano del citado centro escolar. Además, las instalaciones, y en particular el tanque enterrado de propano, no se encontraban afectados directamente por la explosión, y los iécnicos de Butano han procedido al cierre de las válvulas después del accidente, comprobando que existían aún reservas de gas en el depósito».La nota agrega: «Ello hace que no se pueda atribuir, con los conocimientos que se disponen en estos momentos, la citada explosión al efecto de las instalaciones de propano. No obstante, se han observado en el grupo de Ortuella algunas instalaciones en situación irregular, realizadas sin conocimiento de los responsables de la autorización o del suministro».

Normas de seguridad

Las normas de seguridad que afectan a las instalaciones secundarias de los edificios escolares dependen de los monopolios correspondientes -en este caso, Butano- y, en última instancia, de la correspondiente Delegadión Provincial de Industria, según informó a EL PAIS un arquitecto del Servicio de Proyectos de la Junta de Construcciones Escolares.Los monopolios encargados de los servicios mencionados tienen su propia normativa de seguridad, y de ellos depende la revisión de las instalaciones, tanto al final de las obras como en los casos de averías, y en general, son responsables de su mantenimiento. En los casos de nuevas construcciones, las delegaciones de Industria, previo informe de los citados monopolios, somete a revisión cada rincón del nuevo edificio. Por otra parte, existen normas de obligado cumplimiento sobre resistencia y antiseísmos, contenidas en la normativa teénológica vigente y emanadas del antiguo Ministerio de la Vivienda. Para los casos de centros escolares, la vigilancia del cumplimiento de las normas corresponde a los arquitectos del Ministerio de Educación.

Por lo que se refiere a Butano, SA, y al margen de la declaración ya mencionada, el jefe de Seguridad Interior de Factorías y Transportes, Federico de Salas, manifestó anoche a este periódico que no estaban todavía en condiciones de informar sobre las características exactas de la explosión que determinó la catástrofe de Ortuella. En cuanto a las normas de seguridad para este tipo de instalaciones, manifestó que la legislación actual data de 1969 -complementada con disposiciones de 1974- y es «de las más rigurosas de Europa».

La asociación de vecinos de Ortuella hizo público anoche un comunicado en el que afirma que los padres de alumnos de la escuela siniestrada habían denunciado con antelación la mala colocación de la instalación de gas, así como la excesiva cercanía de la caldera de gas a las aulas

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